Juan Alberto Grieve Becerra fue un destacado ingeniero peruano que dejó una huella significativa en la historia de la ciencia y la tecnología en el Perú. Grieve desarrolló el “Grieve”, que se convirtió en el primer automóvil fabricado en Sudamérica.

La historia del pionero peruano Juan Alberto Grieve es tristemente icónica y remite a una época donde primó la falta de visión sobre la innovación. Grieve presentó ante el presidente Augusto B. Leguía en 1908 su proyecto de innovación “El automóvil peruano”. Sin embargo, la respuesta del mandatario a este prometedor inventor quedará para la posteridad: “Nosotros necesitamos de los productos de países avanzados y no experimentos con productos peruanos”. Con ello se diluyó la oportunidad de desarrollar una industria automotriz nacional sustentable; primaron los intereses económicos sobre la visión de futuro.

Más de un siglo después, historias como la de Grieve encuentran eco en el inventor argentino Edmundo Ramos y su “Auto a Basura”, capaz de recorrer distancias utilizando los residuos generados por el ser humano como fuente de combustión. Este auto a basura recuerda al famoso auto “DeLorean” de la saga “Back to the Future“, que utilizaba la basura como combustible. Estas innovaciones muestran que es posible descentralizar la matriz energética y descarbonizar la movilidad mediante tecnología ya existente, si se promueven los desarrollos locales.

En el marco del anuncio de la nueva Ministra de Producción del Perú sobre la necesidad de impulsar una movilidad eléctrica sostenible, se presenta una oportunidad histórica para que el gobierno dé pasos agigantados y cuánticos en materia de innovación. Es momento de revertir visiones cortoplacistas como las de Leguía y dar verdadero respaldo a emprendedores e inventores, creando fondos que permitan concretar estas iniciativas, que un siglo atrás tuvieron una gran oportunidad para el país, pero que lamentablemente no fructificaron por falta del apoyo necesario. Los peruanos y latinoamericanos podemos transitar hacia un futuro de desarrollo basado en una matriz energética limpia y autónoma.

Finalmente, una de las cosas que más me gustó cuando investigué para escribir esta columna es la historia del inventor argentino Edmundo Ramos y su “Auto a Basura“. Él cuenta que tardó 12 años en terminar su proyecto y que no funcionaba, pero fue por una manito de Dios que finalmente logró que funcionara, y es por eso que hoy esta columna se titula igual que el sticker que lleva el auto a basura: “Para Gloria de Dios“.
Me despido dejándote la web:

https://autoabasura.com/home/

También te dejo el link del manual del auto a basura para que puedas armar tu propio proyecto de innovación con esta tecnología libre:

https://autoabasura.com/home/manual-del-auto-a-basura-o-gasura/

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