¿El éxito o la felicidad?

¿El éxito o la felicidad?

exito o la felicidad

TÚ NO TE IMAGINAS que, al entrar a dar una clase de emprendimiento e innovación, los estudiantes te sorprendan con una pregunta que te sacude por completo:

— ¿Tú qué prefieres, el éxito o la felicidad?

Antes de que pudiera reaccionar, siguieron con otras preguntas incisivas:

— ¿Existe gente feliz que no es exitosa?
— ¿Hay personas exitosas que no son felices?

Mi respuesta fue clara: sí, en ambos casos.
Entonces, el estudiante más perspicaz preguntó lo que nadie se atreve a preguntar:

— ¿Y tú, eres feliz o exitoso?

En ese momento supe que debía improvisar, pero con rigor y profundidad.

Primera premisa: definir los conceptos
Pregunté:

— ¿Qué es para ustedes el éxito?

Silencio. Lo rompí compartiendo una frase de Einstein:
“Preocúpate por tu conciencia, más que por tu reputación. Tu conciencia es lo que eres. Tu reputación es lo que otros piensan de ti. Y lo que piensan de ti, no es tu problema”.
Luego pregunté:

— ¿Qué es la felicidad?

Nuevamente, silencio absoluto. Para romperlo, pedí a los estudiantes que diseñaran un prompt (instrucción) para preguntarle a una inteligencia artificial qué decían Aristóteles, Platón, Sócrates, Epicuro, Séneca, Kant, Nietzsche, Camus, Sartre y Seligman sobre la felicidad. Los vi sumergirse en el ejercicio con curiosidad.
Alguien volvió a preguntar:

— ¿Y tú? ¿Eres feliz o exitoso?
Aquí vino la segunda premisa: el ejemplo práctico.
En lugar de responder directamente, les pregunté:

— Ustedes, ¿qué piensan? ¿Soy feliz o exitoso?
La respuesta no se hizo esperar:

— Citaste a Einstein para decir que lo que pensamos no es tu problema. Entonces, dinos tú.
En ese instante sentí un breve pánico —solo un segundo—. Y decidí ser honesto, vulnerable y práctico.
Hablé de un emprendimiento por el que pasamos todos: el amor. Les hablé de Cuper, mi mejor amiga y expareja. En 15 años, fuimos pareja tres veces. Aunque no fuimos exitosos como pareja en el sentido convencional —es decir, no tuvimos un final “feliz para siempre”—, siempre fuimos felices como amigos. Cada vez que terminábamos, lo hacíamos en buenos términos, y eso construyó una amistad duradera y llena de cariño, lo que nos hizo exitosos como amigos.
Así que mi respuesta al estudiante fue sencilla:

— Depende.

El estudiante se quedó sin palabras.
Continué diciendo que, en mi opinión, el éxito y la felicidad provienen de uno mismo y son la consecuencia natural de hacer bien las cosas, de hacer lo que uno ama. Más importante aún, antes que el éxito o la felicidad, están la paz, la armonía, el balance y el amor al prójimo. Recordándoles siempre que:
“Si no vives para servir, no sirves para vivir.”

Terminé dejándoles de tarea que lean El arte de amar, de Erich Fromm, y que escuchen la canción “Depende” de Jarabe de Palo, y salí volando.

Aprovecho para mandar un abrazo y saludo a mis amigos Christian, Gustavo y Galia. También un abrazote y besote a mi Miranda por su cumpleaños.

Hoy, este DJ de periódico te recomienda y le dedica a Cuper “Tú no te imaginas” de Gian Marco ft. Debi Nova.

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