Los cambios en la política peruana hacen presumir un debilitamiento de la democracia y malos resultados en corto plazo.
Aunque no se aventuró a adelantar juicios sobre el final de la gestión del gobierno, el analista político Robert Perca reconoció que la incertidumbre que se vive a nivel político puede ser el peor enemigo para un país que busca hacerse atractivo a la inversión.
“En la práctica, el Congreso es quien da sostenibilidad al Gobierno, más que la presidenta. Es una de las instituciones que está muy desprestigiada, aprobando una serie de normas que los favorecen solo a ellos. Hay una pérdida de la institucionalidad a nivel país, porque ello sigue perjudicando a la población, y no va a acabar bien porque se quiere fortalecer la clase política y no, se está debilitando”, lamentó.
Entre los panoramas posibles, explicó que hay grandes posibilidades de que las decisiones recientemente tomadas por las autoridades nacionales afecten aún más lo que representa el gobierno del país y suman en peores panoramas a la economía, como un descenso más en las proyecciones de crecimiento a menos de tres puntos.
“La crisis política tiene incidencia en la economía. Es una cadena y no estamos mejorando. Actualmente no solo vemos el debilitamiento económico, sino que vemos una incertidumbre económica y política, además de los cambios constitucionales, como la reelección o la eliminación de partidos políticos, la bicameralidad. Falta una serie de cambios aún en el sistema electoral”, recordó Perca.
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