Un total de 57, entre agentes y policías están prisioneros.Un total de 57, entre agentes y policías están prisioneros.

Presos de seis cárceles del país secuestraron a 50 agentes penitenciarios y 7 policías. En la víspera estallaron en Quito dos coches bomba dirigidos contra la entidad estatal que rige las prisiones.

Con el motín y los actos subversivos, el gobierno aseguró que no negociaría con los los reos.
De acuerdo a declaraciones de los internos, los dos hechos son represalias por los continuos traslados de reclusos que llevan a cabo las autoridades y las intervenciones en busca de armas y drogas, de acuerdo con el gobierno.

«Las medidas que hemos tomado, en especial en el sistema penitenciario, han generado reacciones violentas de las organizaciones criminales que pretenden amedrentar al Estado», aseguró el presidente Guillermo Lasso en la red X, antes Twitter.

ECUADOR, INSEGURO

Ecuador había logrado esquivar la violencia de las mafias. Pero en los últimos años bandas aliadas con carteles mexicanos y colombianos imponen el terror en las cárceles de Ecuador.
Desde 2018, la tasa nacional de homicidios se ha cuadruplicado.

Las autoridades mantienen hermetismo sobre lo que está ocurriendo en las cárceles: se desconoce en cuáles hay guardias secuestrados, desde cuándo y si esta fue o no una acción concertada.

Magnicidio

A un mes y medio del balotaje que elegirá al próximo presidente de Ecuador, la violencia recrudece. La campaña presidencial quedó empañada por el asesinato a tiros de uno de los candidatos favoritos, el periodista Fernando Villavicencio, el 9 de agosto en Quito.

LA EXCUSA DE REOS

Las autoridades intentan frenar la delincuencia ejerciendo presión en las cárceles: traslados de presos a una penitenciaría de máxima seguridad, separación de bandas enfrentadas para evitar choques, inspección de celdas y división de los grupos criminales.

Los seis detenidos por el magnicidio fueron cambiados de prisión el miércoles pasado. Según el gobierno, este pudo haber sido uno de los detonantes de los atentados con coche bomba y de los ataques con granadas que siguieron.

«Pero estamos firmes y no vamos a retroceder en el objetivo de capturar a peligrosos delincuentes, desarticular bandas delictivas y pacificar las cárceles del país», aseveró Lasso.

Varios guardias penitenciarios están retenidos en la cárcel de la ciudad andina de Cuenca (sur). Militares y policías rodean la prisión, mientras en el techo, tres reclusos piden a gritos a los uniformados que retroceden si quieren obtener la liberación de los rehenes, constató ayer viernes un periodista de la AFP.

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