Muchas veces pensamos que nuestra vida es terrible, catastrófica o nos comparamos constantemente con otros en base a lo que vemos en redes sociales.
Desde estereotipos de belleza (muchas veces inalcanzables), viajes a lugares paradisíacos, bailes, compras, fiestas, etc., hasta relaciones de pareja, las cuales nos hacen ver una “vida” que muchas veces no es real. Los estudios nos hablan de que las personas que más ostentan una vida llena de maravillas son las más infelices, o que muchas relaciones que parecen ser parejas ideales son las que más pelean o tienen parejas ocultas, infidelidades y demás. ¿Por qué es tan necesario mostrar realidades que no son? El prejuicio y el miedo al famoso «qué dirán» miden la conducta de muchas personas, siendo su vida una continua vitrina de exhibición.
“Uno es dueño de lo que calla”, es un gran dicho que nos lleva a la reflexión, ¿cuánto es lo que muestras?, ¿cuántas caretas nos ponemos?, por qué permitimos que las redes sociales sean el termómetro que mida nuestra felicidad.
Hasta siendo utilizadas para el famoso ciberbullying en nuestros adolescentes, o las famosas encuestas y retos que hacen tanto daño a nuestros jóvenes, a los cuales les afecta mucho porque están en formación. Por ello nosotros, como adultos formados, ¿qué imagen damos a los más jóvenes?
Un buen autoanálisis nos puede ayudar a ver cuánto tiempo nos tomamos en satisfacer a los demás sacrificando muchas veces el crecimiento espiritual y personal.
Sé dueño de tu propio sentir y recuerda que muchas veces las cosas más bellas son las que menos se muestran. Eso no quiere decir que no muestres tus logros, pero que no sea por un satisfacer a los demás, sino para sentirte orgulloso de ti mismo, revalorarte y, por qué no, recibir esos halagos que nos dan ese subidón emocional.
Recibe el presente como consejo de tus amigos de Sumac Guagüitas, ¡te esperamos!
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