La vida es efímera, y como se cita en la obra literaria “La vida es sueño”, podemos decir: «¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son».
Así lo decía Segismundo, y tomando como referencia esta frase podemos decir que la vida pasa y algunos dejan huellas inmemorables en nuestro corazón; es complejo decir adiós; la muerte es un duelo que nos estruja el corazón y nos deja inmemorables sensaciones. Solo los que han perdido a un ser amado saben cuán difícil es este camino sin la presencia del ser que añoramos; el no verlo y no sentir su presencia física, marca.
Todos tienen distintos tiempos para procesar un dolor tan grande, unos quizá unos años, y hay personas que quizá aprendan a convivir con ello por todo lo que les resta de vida. El no apego del que nos habla el Ps. Walter Riso, nos dice, basado en la cultura tibetana, que debemos aprender a dejar ir y no apegarnos a cosas materiales; es más, deberíamos aprender que cada día que pasa es un día menos en nuestro existir, debiendo prepararnos todos para el final, viviendo con intensidad y con respeto nuestro día a día; mas pareciera que esta sociedad nos incentiva a buscar la eterna juventud, el derroche y la avaricia por tener más, sin recordar que no nos llevamos nada, y así como nacimos, sin nada, nada se va con nosotros. No sé qué nos esperará en el otro sendero después de la vida terrenal, mas creo firmemente que el dejar un bello recuerdo en las personas que amamos y que nos aman ayuda a superar el dolor de las personas que aún nos quedamos en este mundo.
La vida es compleja pero es bella. Hasta la carencia nos enseña grandes lecciones, por ello vivir con sentido y darle propósito a nuestro existir es esencial. En Sumac Guagüitas podemos acompañarte en estos momentos. Con cariño para ti, mamá Elena, que dejaste una huella de amor en los que te conocimos.
* Gerenta general de Sumac Guagüitas SRL
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