La mujer ha sido y será en todas las épocas de la historia inagotable inspiración para escritores, artistas, modistas, cantantes y demás. Será porque nosotras somos un gran cúmulo de emociones, sensaciones, belleza y virtud.
Pero muchas veces necesitamos que otros nos traigan a luz estas virtudes que todas poseemos, porque nuestra voz crítica interior apaga toda luz de bondad con nosotras mismas, estamos muchas veces esperanzadas en que alguien nos salve y nos dé el valor que necesitamos. Es por ello que la gran mayoría de veces los casos de Dependencia Emocional se dan en mujeres que buscan reafirmarse en su pareja y que esta las lleve a vivir su sueño de ser ese ideal, sin ver en su interior y darse cuenta del gran potencial que maneja ella misma.
Por ello muchas veces se cae en manos de narcisistas que seducen y luego atacan. Son muchas las que entran en este espiral de subidas y bajadas; y después sus historias personales están cargadas de tragedia y desvalorización personal. Por ello, el poder sanar a nuestra niña interior, el parar esa voz crítica con nosotras mismas, el dejar de depender tanto física como económicamente, el aceptarnos tal y como somos, dejando la rumiación mental continua de lo que escuchamos y los cánones de belleza a los que quizá no encajamos, deben ser una meta para todas nosotras.
Siempre el primer amor de todo ser humano debe ser el dirigido a uno mismo, no en un afán hedonista, sino más en el de auto valorarnos, ser más autocompasivos con nosotros mismos, aprendiendo a perdonarnos, porque todos cometemos errores. La autoimagen base de la autoestima está 100% ligada a la aceptación de nuestra imagen personal, la cual brilla cuando nos sentimos a gusto y aceptamos nuestras imperfecciones.
¿Cómo podemos manejar y gestionar esto? Pues bien, hay que darnos cuenta que nuestros juicios tienen una consistencia real. Cultivar el silencio, la quietud. Una conversación sana y en la que queremos compartir nuestro sentir nos ayuda a sacar el estrés que genera la mente. La absorción en las cosas que nos apasionan y también vivir con buen humor nos ayuda a bajar nuestros niveles de estrés. Y por encima de todo, quitarnos el peso del error, dejando de ser tan tiranas con nosotras mismas (los errores no hay que castigarlos, hay que corregirlos).
Quizá cualquier bisturí nos pueda ayudar para vernos mejor exteriormente, pero ya pensaste en ir a una terapia psicológica para autoanalizarse y ver qué demonios internos no dejan que explotes al máximo todas tus potencialidades.
Sé fuerte, sé valiente. Quizás algunas aún siguen en búsqueda de su príncipe azul, pero escoge bien, y sé tu la reina de tu propia historia.
Y ahora a vivir, sentir y tratar de ser feliz. Recuerda que la felicidad son momentos y emociones transitorios; pero puedes llenar tu mente de bellos recuerdos y amor por ti misma que te hagan sonreír día a día.
*Gerenta general de Sumac Guagüitas S.R.L.
scruces@sumacguaguitas.pe
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