Para que el turismo fluya es evidente que requiere del movimiento de personas, viajeros, locales y más aún extranjeros. Sin ellos, se pierden ingresos importantes para muchas familias que se desempeñan en negocios ligados, directa e indirectamente, al turismo.
La época de pandemia fue un claro ejemplo del cómo las restricciones asociadas a la contención del virus de la Covid-19 impactó negativamente en el desempeño de actividades como: i) alojamiento y restaurantes; y ii) agencias de viajes y operadores turísticos.
En 2020, la producción del primero cayó un 50.2% con relación a 2019, con lo que retrocedió a niveles previos a 2010; mientras que la producción del segundo fue un 74.2% menos que en 2019. Asimismo, como resultado de una menor actividad económica en ambos, una reducción en la recaudación tributaria caía por su propio peso.
El sector turismo y hotelería generó un 47.2% menos que lo recaudado en 2019, con lo cual alcanzó los niveles de 2012, mientras que transporte generó un 26.4% menos que en 2019.
Estos y otros indicadores dan cuenta del golpe duro que significó esa época para actividades que dependían del movimiento de personas. Sin embargo, no tomando en cuenta lo anterior, y aprovechando el descontento social justificado de la población, más aún en la zona sur del país, grupos de personas con ideologías desfasadas y fracasadas aún vienen atentando contra las libertades individuales, sembrando terror en la población y desincentivando la llegada de viajeros locales y extranjeros.
La paralización de actividades y bloqueo en los accesos a las ciudades del sur (Arequipa, Cusco, Ica y Puno) pone en riesgo a alrededor de 490,467 empleos; 5,343 establecimientos de hospedaje; 3,069 agencias de viaje y turismo; 10,441 guías de turismo; y 3,220 artesanos. Esta situación, que limita la llegada de turistas, se traduce en una limitada o nula demanda por servicios vinculados con el turismo, que finalmente perjudican a cientos de miles de familias que tienen a esta actividad como principal fuente de ingreso. Todos somos conscientes de que existen demandas válidas de la población en el interior del país; sin embargo, seamos también conscientes de las formas en que se producen las protestas o en los actos subversivos detrás de estas, ya que se pone mucho en juego, toda vez que se bloquean accesos o se limitan libertades.
*Gerente de Estudios Económicos de ComexPerú
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