La pérdida de vidas humanas registradas en el sector minero de Secocha, en el distrito de Mariano Nicolás Valcárcel (Camaná), a causa de los huaicos provocados por las intensas lluvias sería un claro ejemplo de las deficiencias que se presenta en gestión de desastres.
María Fernanda Carnero Quispe, especialista en modelación matemática, egresada de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), indicó que el proceso de gestión de desastres registró falencias antes y durante esta emergencia en la región Arequipa.
La especialista explicó que un desastre es una interrupción grave en el funcionamiento de una comunidad. Y para abordarlo adecuadamente se aplica el ciclo de gestión de desastres, que comprende las fases de mitigación, preparación, respuesta y reconstrucción.
Carnero mencionó que en la etapa de respuesta se observó una falta de atención total a los damnificados en las primeras 72 horas después del desastre, ocasionando que no se satisfagan las necesidades básicas de la población, como alimentos, abrigo y vivienda.
“Si la ayuda no se entrega en las primeras 72 horas después del desastre, la gestión de la ayuda humanitaria se puede calificar como ineficiente. También debemos considerar que hay varios factores que influyen en el éxito o fracaso de la entrega oportuna de ayuda. Por ejemplo: los planes formulados en la fase de preparación, la disponibilidad de recursos, la coordinación entre los organismos encargados, las condiciones climáticas, entre otros”, afirmó.
Asimismo, refirió que se debe incentivar la participación activa del sector privado, especialmente de las universidades. Estas pueden brindar un apoyo valioso para mejorar la eficacia y eficiencia en la gestión de desastres en el país, dijo.
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