Tenían los zapatos mojados y la ropa sucia; habían conseguido una manta para tenderla sobre el piso de un baño público y así pernoctar durante dos noches. Solo la cálida compañía de un perro pudo consolar a dos hermanitos de 12 y 10 años de edad, quienes creían que era mejor soportar el frío y miedo a seguir viviendo junto a su padre.
Del caso se supo luego de que el obrero Isidro Apaza, de 31 años, acudiera a la comisaría de Ciudad Municipal para denunciar que sus hijos estaban desaparecidos desde el 4 de febrero tras salir de su vivienda ubicada en la Asociación Upis El Salvador (Cerro Colorado).
«Los envié a la tienda y el día 5 me percaté de que no habían regresado», dijo el obrero.
Los agentes, de inmediato, iniciaron una búsqueda, pero no hallaron a los menores.
Al día siguiente los vecinos comentaron que los niños se encontrarían en situación de abandono y que siempre caminan junto a un perro negro.
«Los vi por la avenida 54, la niña estaba mojada», fue lo que dijo un testigo.
Una vez más los agentes iniciaron la búsqueda, pero esta vez fueron a los diferentes parques de la asociación, ya que los habían visto allí jugando.
Tras ingresar al parque Infantil de la zona B, El Salvador, escucharon ladrar a un can dentro de un baño público, por lo que de inmediato procedieron a abrir la puerta. En el lugar encontraron a los niños durmiendo abrazados junto a su mascota.
Los menores dijeron que escaparon de su casa por miedo a que su padre los castigue, que su madre vivía en Puno con su actual pareja y que no sabían nada de ella.
«No hemos comido nada desde ayer», fue lo que dijeron los niños mientras eran llevados a la comisaría de Ciudad Municipal.
Los pequeños fueron llevados a la Unidad de Protección Especial (UPE).
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