Un nuevo obstáculo se avecina para la ejecución de Majes Siguas II. El gerente ejecutivo de la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema), Arturo Arroyo, informó que irá a un arbitraje con la supervisora especializada de Majes Siguas II para evaluar si corresponde el pago de la cuota de supervisión número 4 consignada en la adenda 1. Esto en caso de que en los próximos días no lleguen a un acuerdo con la supervisora especializada del proyecto agroindustrial, conformada por Nippon Koei y Nippon Koei Latin American.
El proceso de arbitraje entra en evaluación luego de que la Contraloría identificara que Autodema generó un perjuicio de US$ 2.114.966 por pagos adicionales a la supervisión especializada del proyecto por actividades que ya estaban previstas en el primer acuerdo, por una retribución económica de $11 millones 495 mil.
Pese a ello, a los 36 meses del contrato, el supervisor especializado y Autodema firmaron dos actas en las que se le reconoce montos adicionales. Para dar formalidad a las actas, ambas partes firmaron una adenda, con la cual se acordó pagar a la empresa $ 2 millones 064 mil en cuatro cuotas. De acuerdo a la Contraloría, de esta cifra se han hecho tres desembolsos, y queda pendiente de pago la cuarta cuota, que asciende a 382.564 dólares, y por la cual se irían a un arbitraje, a fin de definir si se cancela o no.
La preocupación ahora es que si optan por un arbitraje, pasarán como mínimo seis meses hasta que Proinversión lance una nueva convocatoria e ingrese una nueva supervisora.
Cabe recordar que el contrato con la supervisora especializada se celebró el 23 de diciembre de 2015 y esta tenía como funciones la supervisión y aprobación del expediente técnico de la fase I parte b y fase II. Además de supervisar las obras de la fase I y revisar aspectos contractuales, técnicos, financieros, administrativos, entre otros, que surjan del proyecto. Sin embargo, todas estas actividades no se pudieron cumplir por las continuas paralizaciones.
Pero en el contrato no se consideraron los atrasos; por el contrario, el contrato era muy riguroso con el cronograma de trabajos y pagos. Al finalizar el tiempo de supervisión, se tuvieron que hacer nuevos desembolsos para que esta continúe, pese a que la obra iba apenas a un 27%.
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