¿Dónde están los asesinos? ¿Por qué la Policía aún no los detiene? ¿Cuánto más tardarán las investigaciones? Estas son algunas de las preguntas que a diario se hace la familia del taxista Leónidas Barrientos Góngora, quien el 28 de octubre del 2020 fue asesinado de la manera más cruel posible por resistirse al robo de su vehículo.
Lo cierto es que en diciembre de ese mismo año el personal policial del área de Robos de la Divincri solicitó la detención preliminar de Fredy Copa Chávez y su pareja sentimental Yeny Coa Gutiérrez, principales sospechosos del horrendo crimen. Esto porque en el inmueble de Fredy Copa se halló el taxi de Leónidas Barrientos. Sin embargo, el fiscal Manuel Vizcardo Hernández, de la Tercera Fiscalía Penal de Cerro Colorado, negó el pedido aduciendo que no había pruebas suficientes, pese a que se supo que la pareja habría sido quien trasladó el vehículo hasta un inmueble que alquilaba Fredy Copa en la región Puno. Además, Inés Huancco Quispe (47), propietaria de la vivienda, confirmó el hecho. En la vivienda también se encontró otras 12 placas de distintos vehículos y carteras presuntamente robadas.
Asimismo, la Policía halló en el inmueble de Yeny Coa otro auto con una placa adulterada que había sido robado.
Los agentes se entrevistaron con el dueño del auto robado, quien contó que el 15 de octubre una pareja abordó su taxi y cuando llegaron al destino, el sujeto lo cogió del cuello y le tapó el rostro. «Escuché las voces de 4 personas; dos varones y dos mujeres. Ellos me ataron los pies, las manos y la boca con una cinta, luego me abandonaron en una casucha y se llevaron mi auto», contó el taxista que logró sobrevivir al ataque de los delincuentes.
Incluso con toda esta información, el fiscal desestimó el pedido de detención preliminar. A la Policía no le quedó más que seguir investigando y ahora mismo se cree que la pareja de sospechosos se encuentra fuera del país.
A pesar de ello, los agentes volvieron a solicitar la detención de los sospechosos en octubre de este año, ahora sí con pruebas más contundentes que involucran a Fredy Copa y Yeny Coa con el homicidio del taxista Leónidas. Sin embargo, ya pasaron casi dos meses y la Fiscalía tampoco realiza el pedido.
LOS HECHOS
El 28 de octubre del 2020, Leónidas salió a trabajar en su taxi de placa V8X-141 como cualquier otro día. Él debía estar en su vivienda a las 18 horas para cenar con su familia, pero nunca más volvió. A las 22 horas de ese mismo día, su esposa acudió a la comisaría de Zamácola (Cerro Colorado) para poner la denuncia por desaparición.
Recién el 4 de noviembre la Policía ubicó el taxi en el interior de una casa ubicada en la urbanización Dos de Mayo, en la provincia de San Román, Puno. Ante la ubicación del vehículo, un grupo del área de Robos, integrado por los suboficiales PNP Mercado, Ramos, Cahui y Zapata, viajó al lugar, y tras revisar el vehículo notaron que el GPS del auto seguía activo; al rastrearlo, se dieron cuenta de que la unidad se había detenido más de 18 minutos en la manzana A, sector IV de la asociación José Luis Bustamante y Rivero, en el distrito de Cerro Colorado, donde hallaron el cuerpo de Leónidas.
El taxista había sido secuestrado, maniatado y tenía signos de tortura, aparentemente fue abandonado en el lugar aún con vida y murió lentamente.
Las pruebas recabadas por la Policía evidenciarían la existencia de una organización criminal dedicada al robo de vehículos de taxistas que opera en Puno, Cusco y Arequipa, y que en un año y 50 días aún no es desarticulada. “Justicia que tarda, no es justicia”, dice la familia del taxista Leónidas Barrientos, pero a pesar de que sus esperanzas se desvanecen, ellos esperan que finalmente se pueda hallar y setenciar a los verdaderos culpables.
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