Cercado. Los adultos mayores y familiares de ancianos de 80 años a más formaron largas colas desde primeras horas de la madrugada de ayer en el estadio de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) para recibir la primera dosis de la vacuna contra la covid-19 asignadas para el distrito del Cercado.
En los alrededores del estadio y vías contiguas, cada vez se aglomeraban más personas, debido a que Essalud postergó la atención por casi una hora adicional a la propuesta. Tal es el punto que a las 8 de la mañana ya habían más de 800 personas esperando su turno.
A diferencia de otros puntos de inmunización, en el Cercado solo se habilitó un centro de vacunación, debido a que los funcionarios consideraron que el espacio era lo suficientemente grande para albergar a todos los adultos mayores de la zona.
Empero, no sopesaron que para esta jurisdicción destinaron el mayor número de vacunas (3.591), a raíz de que el distrito alberga el mayor número de adultos mayores de 80 años en comparación a otras jurisdicciones.
Esta hecho originó que cientos de personas estén exponiéndose y esperando por largas horas su turno, algunos en banquitos y otros en vehículos, debido a que presentan dificultades para sostenerse en pie.
Es el caso de la señora Salomé C., de 91 años, que desde las 6 de la mañana empezó a formar su cola junto a su hermano, pero por un mal en la cadera tuvo que esperar dentro del auto de una persona de la fila por más de seis horas.
«Mi hermano, que sobrepasa los 80 años, ha intentado pedir atención preferencial porque no puedo pararme, pero nadie le da respuesta».
MÁS INCONVENIENTES
Este no fue el único inconveniente que se presentó en las afueras del estadio de la UNSA; también un grupo de familiares se acercó a las mesas de atención para pedir que vayan a vacunar a sus adultos mayores con comorbilidades en sus domicilios. Los trabajadores solo respondieron que ellos no tenían conocimiento de ese trámite y que no podían ayudarlos.
«Mi padre de 103 años no puede caminar, y ellos se niegan a ir a mi domicilio. He llamado a los teléfonos, pero todos están apagados. Estoy esperando para hablar con el encargado de la jornada por horas y nadie me atiende. Mi preocupación es que se acaben las dosis y mi padre no sea vacundo».
Por su parte, Olga Quispe, jefa de inmunización en Arequipa, pidió que los adultos aguarden la jornada de vacunación en su distrito, puesto que han pevisto dosis para los 35 mil adutos mayores de 80 años de la provincia.
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