No cabe la menor duda de que al menos en nuestro país cada quien, desde los miembros del Ejecutivo hasta el último ciudadano peruano, hace literalmente lo que le viene en gana. Ni una sola exageración, a juzgar por lo sucedido la semana que pasó en la localidad de Ica, durante los últimos 5 días.
La historia es que un numeroso grupo de trabajadores, en su mayoría que laboran en las diversas empresas agroexportadoras, son objeto de míseros pagos, entre otros maltratos laborales, que son pan de cada día en nuestro país.
Es más, tienen todo el derecho a protestar, a protagonizar huelgas, y todo lo que la Constitución señala, o las propias leyes laborales, que muchas de ellas están vigentes, pero que un Estado débil con autoridades incompetentes e ígnaras no las hacen cumplir.
Sin embargo, la forma es lo cuestionable, no puede ser que un grupo de quejosos, porque les viene en gana, bloqueen la Panamericana Sur en el kilómetro 310 y perjudiquen a miles de pasajeros y transportistas que no tienen nada que ver con sus reclamos.
Mis deberes y derechos terminan donde comienzan los deberes y derechos de los demás, es un antiguo axioma en Derecho que nunca tenemos en cuenta, y al final los deberes y derechos de los huelguistas son más importantes que los de millones de peruanos que nos vimos perjudicados con sus acciones de fuerza.
¿Y el Ejecutivo y las fuerzas del orden? «Bien, gracias», solo se dedicaron a mirar cómo bloqueaban, cómo atentaban contra la propiedad privada y pública, cómo quemaban unidades vehiculares, cuyo único delito de los propietarios fue querer circular, como es su legítimo derecho.
Es como si un ladrón ante la vista y paciencia de los policías robe a diestra y siniestra, y ellos no lo impidan, porque los miserables tienen todo el derecho a hacer lo que mejor les parece, mientras que los ciudadanos no podamos defendernos. Digno de un cuento kafkiano, con la única diferencia que es verdad y sucede en el Perú.
Nos parece absurdo que cada cierto tiempo un grupo de revoltosos actúe contra la ley, y encima un poco más y les tengamos que pedir por favor para circular por la Panamericana Sur, por favor, el colmo de la imbecilidad.
Y todo porque tenemos un Ejecutivo débil, que frente a los estudiantes los reprimió con inusitada dureza y fuerza, y frente a huelguistas nada de nada, que sigan destrozando todo lo que quieran. Vaya, vaya con esta comedia donde todos perdemos como país.
Es importante reafirmar un Estado de Derecho donde todos los peruanos tengamos los mismos deberes y derechos. Ni más ni menos, y evitar que de cuando en cuando se permitan lumpenizar cualquier protesta, y seguimos cayendo al abismo del caos y desorden, que siempre debemos evitar, cueste lo que cueste.
Al cierre de este artículo, el congresista Lenin Bazán del Frente Amplio, en el colmo de la estupidez, avaló las protestas indicando que “es su forma de hacerlo….”, entonces, luego nos preguntamos por qué estamos como estamos, porque con impresentables y aprendices de congresistas como Lenin estamos en la Edad de Piedra, y cada quien hace lo que quiere. Como díría Condorito, exigimos una explicación.
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