Once trabajadores del cementerio La Apacheta también se contagiaron de la COVID-19.Once trabajadores del cementerio La Apacheta también se contagiaron de la COVID-19.

El Día de Todos los Santos, que se conmemora el 1 de noviembre, es la fecha elegida por los peruanos para visitar los cementerios del país y rendir homenaje a sus familiares y amigos. Cada año, por esta fecha, en los camposantos se aprecia un gran número de personas que conmemoran según sus tradiciones a sus seres queridos que han fallecido.

Algunos con oraciones y cantos mientras que otros llevan bebida y comida para merendar junto a su difunto. Sin embargo, este año debido a las restricciones decretadas a raíz de la pandemia originada por el nuevo coronavirus las tradiciones quedarán suspendidas informó Percy Miranda, jefe del Comando Covid-19 de Arequipa.

En esta fecha en Arequipa, el cementerio más antiguo y concurrido era el de La Apacheta, ubicado en el distrito de José Luis Bustamante y Rivero, que recibía entre el 1 y el 2 de noviembre cerca de 150 mil visitantes. Empero, este año y como ya hace siete meses desde que empezó el estado de emergencia en el Perú, este continuará con sus puertas cerradas al público.

Ernesto Acosta, administrador del camposanto, señaló que este cierre intempestivo también ha afectado los ingresos del cementerio, puesto que si bien el número de entierros en comparación a otros años ha aumentado, pasando de 2 o 3 al día a 16 en promedio, debido a la covid-19, esto no reemplaza el dinero recaudado en otros servicios. Por ejemplo, la preventa de nichos y mausoleos que eran ofrecidos al público que asistía ha caído de 200 a tan solo 40 como máximo. También los accesorios complementarios para las tumbas o las lápidas representaban un ingreso significativo.

Esta caída de ingresos ha generado que se tenga que prescindir de algunos trabajadores. Además, los efectos de esta baja también han afectado al servicio de atención y albergue que brinda la Beneficencia de Arequipa, ente encargado de la administración del cementerio, puesto que con ese dinero ellos alojaban a niños o personas con problemas de salud mental sin tiempo determinado. Empero, no solo les brindaban un hogar y la alimentación sino también el tratamiento correspondiente a la necesidad de que cada uno.

A la espera de revertir esta situación Acosta informó que se están preparando para reabrir sus puertas si es que el Gobierno lo autoriza el próximo mes, puesto que su rubro fue asignado a la cuarta fase de reactivación económica debido a que congrega a un gran número de personas. Sin embargo, para adecuarse a la nueva normalidad, la administración del cementerio ha determinado que el aforo será al 50% y las visitas se realizarán tramitando una cita a través de la vía telefónica y de manera virtual e ingresarán un total de 300 personas. El tiempo de visita todavía se está discutiendo, pero se estima que no podrá superar los 60 minutos. En la entrada, se tomará la temperatura y se permitirá el ingreso a las personas que usen mascarilla. El ingreso de alimentos y bebidas queda totalmente restringido.

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