Cercado. Hace dos días cumplió 65 años de existencia. Fue el primero que se instauró a nivel nacional, pero ahora el comedor popular 2 de Mayo permanece cerrado porque no tiene recursos para atender a la población más necesitada, cuenta su representante Mónica Quilla.
“Íbamos a recurrir al concejo (municipio provincial), pero nos peloteaba de El Filtro a la avenida Parra”, cuenta. Por ello, ahora pide apoyo a todos los niveles de gobierno y a las empresas para que puedan seguir trabajando. Antes de la pandemia, en el lugar trabajaban 35 personas y atendían a decenas de ciudadanos de escasos recursos.
Este problema se replica en los 216 comedores populares de la provincia, señala Rosemary Ponce Ramos, coordinadora en Cerro Colorado, donde hay 42 establecimientos que también esperan el apoyo de las autoridades para reactivarse.
Ponce advierte que en octubre del año pasado recibieron la última entrega de alimentos por parte del municipio provincial; enviaron un documento al alcalde, pero hasta ahora no obtuvieron respuesta.
En este distrito, por cada comedor trabajan un promedio de 15 socias, que preparaban al menos 40 porciones diarias. Ahora, internamente ellas se juntan para realizar pequeñas ollas comunes. Las socias esperarán esta semana más para ver si hay algún pronunciamiento de la autoridad provincial en favor de los comedores populares.
De no ser así, podrían salir a las calles con sus ollas como medida de protesta. “Queríamos apoyar a la población, sabemos que hay necesidad, pero no sabemos como”, agregó.
Al 25 de agosto, 7.911 comedores populares han reiniciado sus operaciones en el ámbito nacional aplicando los lineamientos de seguridad sanitaria emitidos por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
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