El turismo es el sector más golpeado por el coronavirus. Desde el 16 de marzo, fecha en la que se declaró el Estado de Emergencia Nacional, las pérdidas económicas bordean los 2 mil millones de dólares, según la Cámara Nacional de Turismo del Perú (Canatur).
Y aunque se anuncia una fuerte campaña de reactivación económica del sector, con una inversión de S/ 500 millones a través de préstamos que otorgará Reactiva Perú y el Fondo de Apoyo Empresarial (FAE) de la Micro y Pequeña Empresa (Mype), esta va direccionada básicamente a restaurantes, hoteles y agencias de viajes.
Pero el turismo comprende más que esos tres elementos. Dentro de su campo de acción está el denominado Turismo de Aventura, ese que va dirigido a un mercado exclusivo de visitantes extranjeros y nacionales que buscan sociabilizar con el medioambiente y la adrenalina.
Mientras que en Cusco y Huaraz, las agencias de turismo dedicadas a este rubro, en coordinación con sus gerencias regionales de turismo prácticamente están listas y tienen definidas estrategias para reactivarse cuando se levante la cuarentena, en Arequipa es poco o nada lo que se ha avanzado.
Un primer paso lo dieron la semana pasada un grupo de empresas de turismo de aventura que, con el apoyo del consejero regional Ysrael Zúñiga, presidente de la Comisión de Turismo del Consejo Regional de Arequipa, intentan que la Gerencia Regional de Turismo por lo menos los mire de reojo.
Son un aproximado de 15 agencias que brindan el servicio de alta montaña (trekking, escalada, etc.), rafting (descenso de ríos), ciclismo de montaña, etc., las que debido a la pandemia se vieron de un momento a otro en la calle.
Su realidad es muy diferente a los demás servicios turísticos que se brindan básicamente porque las actividades se realizan al aire libre, y exige una mayor preparación de sus guías.
LETRA MUERTA
El 11 de junio de 2016 el Ministerio de Turismo (Mincetur), a través del Decreto Supremo N.° 005-2016, publicó en El Peruano el Reglamento de Seguridad para la Prestación del Servicio Turístico de Aventura, donde se dio una serie de requisitos para que las gerencias regionales de turismo otorguen un Certificado de Autorización para que puedan operar.
En Arequipa desde ese año varias empresas presentaron su documentación y hasta ahora lo único que han recibido es un sello en el cargo, y una larga espera que no termina.
La norma exigía una fiscalización constante en los locales de las agencias y en los lugares donde practican sus actividades. Ni en la gestión de Yamila Osorio ni en esta de Elmer Cáceres se cumplió.
Si ya es complicado enviar fiscalizadores a los locales de las agencias, pensar en que trabajen en el campo es imposible. La gerencia no cuenta con personal capacitado ni técnica ni físicamente para hacerlo.
Otro ejemplo. El 16 de enero de 2010 se publicó el Reglamento de la Ley del Guía de Turismo, Ley N.° 28529 (29 de abril 2005), que establece que para ser guía se necesita el título de Licenciado de Turismo o Guía Oficial de Turismo. En su Artículo 7, normaba cuatro especialidades para la modalidad de turismo de aventura: alta montaña, caminata, observación de aves y ecoturismo.
Es decir que para practicarlas los guías tendrían que especializarse en centros de estudios superiores para su certificación ante la Gerencia de Turismo. Tampoco se aplicó.
Ahora último, el 14 de mayo de 2020, se publicó el D.S. 005-2020, Reglamento de Agencias de Viajes y Turismo, que en resumen obliga a todas las empresas a inscribirse en el Directorio Nacional de Prestación de Servicios Turísticos Calificados, labor que está a cargo de las gerencias regionales. En Arequipa ese padrón no está actualizado.
GANAS DE TRABAJAR
El consejero Zúñiga ha sido el primero en recibir y leer el protocolo sanitario que han elaborado estos guías para comenzar a trabajar cuando se reactiven las actividades turísticas.
Se establecen medidas básicas como el requerimiento de realizar pruebas rápidas de covid-19 a los participantes de este servicio hasta limitar el cupo de pasajeros en las unidades que trasladan a los turistas.
Los modelos no han sido un invento. Han sido confeccionados con base en experiencias de países como España o Argentina, donde se ha avanzado mucho en este campo.
Pero en la última reunión virtual que se tuvo con la participación de la gerenta regional de Turismo, Paolo Revilla, se les dijo que la reactivación del sector era decisión del Ministerio de Turismo y que los protocolos sanitarios se elaborarían en Lima y se adecuarían a la realidad de cada región. Es decir, Lima decide todo.
Distinta actitud se tiene en otras regiones como Cusco, Áncash o Cajamarca, donde se han elaborado no solo protocolos sanitarios sino estrategias para promocionar el turismo de aventura y, también, el rural. Apuntan en una primera etapa al mercado local y nacional y, cuando se normalicen las actividades turísticas, posiblemente en el 2021, al internacional.
Han tomado el coronavirus como una buena excusa para reordenar ideas y unir fuerzas. La reactivación no los agarrará con los ‘pantalones abajo’, pero en Arequipa solo se espera lo que decida la capital.
Contradictoria situación tomando en cuenta que Arequipa desde hace unos años está luchando por ser la Capital Sudamericana del Deporte de Aventura, idea que promueve el Inkafest (Festival Internacional de Cine de Montaña), pero que al parecer es un objetivo que no le interesa al gobierno regional.
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