La Beneficencia Pública de Puno fue duramente cuestionada por no otorgar de manera humanitaria un nicho para la sepultura del niño NN hallado sin vida en el centro poblado de Jayllihuaya.
La solicitud fue presentada el 18 de diciembre por la docente de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional del Altiplano, María Zúñiga Vásquez, con el fin de darle cristiana sepultura al menor; sin embargo, fuentes del diario Sin Fronteras señalaron que el directorio de la Beneficencia desaprobó el pedido. Posteriormente, se habría ofrecido un nicho en el cementerio de Laykakota, que según dijeron no estaría apto.
Esta situación fue interpretada como una falta de sensibilidad, por lo que no rogaron.
Ante la urgencia la morgue se malogró y no podía albergar el cadáver se gestionó apoyo externo para concretar el sepelio en Jayllihuaya.
«BUROCRACIA»
La presidenta del directorio de la Beneficencia, Marilyn Lanza, reconoció que los procedimientos internos y la burocracia retrasaron decisiones importantes, pero indicó que ella convocó a sesión de Directorio para que se trate el caso.
Por su parte, la docente María Zúñiga señaló que ante la falta de respuesta oportuna, recurrieron a la Municipalidad de Jayllihuaya y a instituciones solidarias, para lograr una sepultura digna.
La Sociedad de Beneficencia de Puno se ha caracterizado en priorizar negocios al margen de la ley, como lo difundió la prensa.

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