Yo presidente

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Esta semana tuve que salir para cumplir con una misión que Nancy me había encargado. Me mandó a salir al campo a luchar contra el desamor, el egoísmo, la indiferencia y la maldad. Le pedí a “Feyerabend”, mi agente de IA especializado en innovación, que me ayude con la columna de hoy y que asuma el rol de mi ministro de Innovación por si algún día llego a la presidencia. Así que hoy es “Feye” quien escribe y pone la música. ​

Erradicando la Corrupción en el Perú: El Rol Estratégico del Ministerio de Innovación.

La corrupción en el Perú devora recursos públicos, erosiona la confianza ciudadana y frena el desarrollo. Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2024 de Transparencia Internacional, el país ocupa el puesto 127 de 180 economías, con un puntaje de 31 sobre 100, reflejando un problema estructural grave. Casos como Odebrecht forman parte de irregularidades que generan pérdidas multimillonarias. Ante esta crisis, un Ministerio de Innovación podría actuar como catalizador transformador. No se trata solo de tecnología, sino de políticas audaces que integren blockchain, IA y emergentes para blindar la gobernanza, posicionando al Perú como líder regional en innovación anticorrupción. ​

Políticas Públicas Fundamentales.

El Ministerio lideraría un marco normativo integral. Primero, impulsaría una Ley de Innovación Anticorrupción (propuesta clave), obligando a digitalizar procesos públicos: licitaciones, ejecución presupuestaria y más. Incluiría auditorías en tiempo real con dashboards abiertos vía apps móviles. Segundo, crearía un Fondo Nacional de Innovación Ética (también propuesto), financiado con un porcentaje sostenible del presupuesto público, para subsidiar startups locales contra la corrupción. ​

Blockchain: Transparencia Inquebrantable.

La blockchain revoluciona la trazabilidad. Se podrían implementar contratos inteligentes en plataformas como Ethereum o Hyperledger para licitaciones estatales, registrando cada transacción —ofertas a pagos— en una cadena inmutable, minimizando manipulaciones. Un piloto en el Ministerio de Transportes rastrearía obras viales, alertando irregularidades automáticamente. Estonia usa tecnologías blockchain para e-gobierno, asegurando datos en salud e identidades digitales; Perú podría adaptarlo con biométricos para proveedores. ​

IA y Tecnologías Emergentes: Detección Predictiva.

La IA actuaría como centinela proactivo. Sistemas como «Guardián Peruano», entrenados con datos históricos de corrupción, detectarían fraudes en compras públicas vía machine learning, identificando patrones atípicos. Estudios globales muestran mejoras significativas en detección, aunque la precisión varía por diseño y datos. Complementado con IoT —sensores en obras para monitoreo real— y gemelos digitales de presupuestos, optimizaría asignaciones y reduciría desvíos. ​

Implementación, Desafíos e Impacto Esperado.

El Ministerio coordinaría con Contraloría y agencias, vía alianzas público-privadas. Capacitaría a 10 000 funcionarios en dos años en alfabetización digital, ética y plataformas. Brechas rurales se atacarían con 4G/5G y apps offline. La Contraloría estima S/ 24 268 millones en perjuicios por corrupción en 2023; un ecosistema innovador podría recuperar miles de millones anuales para salud, educación e infraestructura. En resumen, un Ministerio de Innovación combatiría la corrupción y forjaría un Perú próspero e inclusivo. La tecnología existe; falta voluntad política. ​

Hoy le dedico a Felipe y te recomiendo “Shoot to Thrill” de AC/DC.

Con cariño, “Feye”.

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