Acribillan a la policía. Un suboficial de la Policía Nacional perdió la vida tras recibir cinco impactos de bala dentro de su vivienda en Juliaca.
El agente fue sorprendido por un grupo de criminales que irrumpió en su domicilio mientras él dormía junto a su familia. Su hermano también sufrió una herida de bala al intentar ayudarlo.
EL CRIMEN
El homicidio sucedió ayer en la primera cuadra del jirón Calle Nueva, en la urbanización Municipal La Capilla. La víctima fue identificada como Javier Apaza Miranda (43), quien cumplía funciones en la Comisaría PNP Rural de Chivay, ubicada en la provincia de Caylloma, región Arequipa.
ENTRARON POR LA FUERZA
Durante las primeras horas, surgió la versión de que los delincuentes habían tocado la puerta y que un familiar la abrió sin sospechar el peligro.
Sin embargo, con el avance de las diligencias realizadas por los agentes del Área de Investigación Criminal (Areincri) PNP, se estableció que los sujetos forzaron la puerta principal e ingresaron sin que los integrantes de la familia pudieran reaccionar.
La madre del suboficial, quien se encontraba en la cocina preparando el desayuno, vio a los intrusos con armas de fuego en el patio.
Uno de ellos la amenazó de muerte para evitar que gritara y pidiera ayuda. Ese fue el inicio del hecho sangriento que terminó con la vida del agente.
VIOLENCIA Y FORCEJEO
Según las investigaciones preliminares, entre ocho y diez sujetos, todos con barbijos que cubrían sus rostros, entraron a la habitación del policía alrededor de las 7:00 a.m.. El suboficial dormía y no tuvo oportunidad de reaccionar de inmediato.
En la misma habitación estaba su esposa, quien sostenía a su bebé de pocos meses. Ella también fue intimidada. Los delincuentes la arrinconaron y le exigieron que guardara silencio mientras uno de ellos apuntaba al policía en la cabeza.
DISPAROS
Los gritos dentro de la habitación despertaron a Javier Apaza. Al ver que lo amenazaban, intentó enfrentarse a uno de los atacantes. Durante el forcejeo, dos de los criminales dispararon a quemarropa.
Luego, los asesinos huyeron rápidamente y subieron a una camioneta de color plomo, desde donde realizaron más disparos mientras escapaban por la vía pública.
AGONÍA Y MUERTE
Los familiares, desesperados, trasladaron al suboficial en su propio vehículo hacia la clínica Americana. Su hermano, Marvin Apaza Miranda (30), también fue llevado debido a una herida de bala sufrida cuando intentó detener a los criminales.
A pesar del esfuerzo, el policía llegó sin vida al establecimiento de salud.
De acuerdo a las primeras pericias de los peritos de Criminalística, Javier Apaza recibió cinco impactos de bala. Las heridas se ubicaban en el pie derecho, brazo derecho, ambas piernas y abdomen. El ataque fue directo y letal.
LLEGÓ HORAS ANTES
La esposa del agente, consternada y entre lágrimas, sostuvo que él había llegado a Juliaca cerca de las 5:00 a.m., procedente de Arequipa.
Contó que solicitó un permiso especial para visitar a su hija enferma y pasar unos días con su familia. No imaginó que pocas horas después sería víctima de un asesinato.
INVESTIGACIÓN
El suboficial había trabajado antes en el Área Antidrogas del Depincri de Juliaca. Esta información abrió dos posibles hipótesis de investigación junto al Ministerio Público, un intento de asalto o un presunto ajuste de cuentas, debido a que los atacantes no sustrajeron ninguna pertenencia.
SIN REGISTROS DE CÁMARAS
Durante la inspección en el inmueble y la zona cercana, la Policía no obtuvo grabaciones de cámaras de seguridad.
Las cámaras estaban inhabilitadas debido a un prolongado corte de energía eléctrica que afectó a la ciudad por más de ocho horas. Los pesquisas del Areincri PNP consideran que los criminales aprovecharon esta situación para concretar el crimen.
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