Ver para creer

Ver para creer

Ver para creerVer para creer

Continua de la columna anterior.

¿El éxito o la felicidad?

Antes de ingresar a la reunión, me esperaba el estudiante perspicaz. No tenía cara de felicidad ni de éxito.

—¿Qué pasó? —pregunté.

—No existe un registro de cuándo pronunció Albert Einstein la cita que mencionaste —respondió.

—Es verdad. ¿Y qué sucede con eso? —repliqué.

—Perdí puntos en el informe de “Éxito o felicidad” por no verificar esa referencia. Te creí sin dudar, porque te considero mi amigo —explicó

—¿Y quién te garantiza que tu amigo siempre tiene la razón? ¿Que no puede equivocarse como cualquier humano? —aclaré con un guiño.

Caíste en la falacia de autoridad (ad verecundiam). Creíste algo solo porque lo dijo una figura respetada, sin evaluar su validez. Todos lo hacemos: confiamos ciegamente en padres, jefes, líderes, profesores, periodistas, jueces o políticos. Pero un emprendedor que domina la gestión de la innovación debe evitar esto. Debe desarrollar pensamiento crítico y expandir su mente.

Mi rol no es solo enseñar a diseñar prompts (instrucciones) para IA. Es agitar cerebros, movilizar pensamientos. Sí, les enseño a usar inteligencia artificial, pero primero potencio su inteligencia humana.

El perspicaz me interrumpió:

—Entiendo. No obtuve el puntaje completo porque olvidé aplicar el método VIVE que nos enseñaste: Vigilancia estratégica, tecnológica y verificación en fuentes confiables.
—¡Exacto! Vigilancia y verificación siempre —respondí.
Ingresamos junto con los demás estudiantes y empecé diciéndoles a todos:

¿Alguna vez han oído la frase “Ver para creer”, del apóstol de Jesús de Nazareth llamado Tomás, ¿mencionado en la Biblia?

Silencio total. Me di cuenta de dos cosas: uno, no eran fans de lecturas bíblicas; dos, habían aprendido la lección, porque ya verificaban todos datos en fuentes confiables, incluido el perspicaz.

Así que seguí: En nuestros tiempos, “Ver para creer” ha sido destruida por la IA. Ya no distinguimos un video real de uno falso, ni la clonación de voces ni deepfakes. Esto transforma cómo procesamos la información, exigiendo pensamiento crítico y verificación rigurosa por los riesgos que trae.

Desde ahí, los estudiantes abrieron un debate sobre las consecuencias de no aplicar pensamiento crítico ni verificar datos en esta era de IA. Destacaron la proliferación de fake news o paparruchas y la manipulación digital, que erosiona la confianza social. En política, imaginaron elecciones influenciadas por videos falsos de líderes bailando salsa. En salud, curas milagrosas inventadas por IA que llevan a decisiones dañinas, como dietas locas. En justicia, deepfakes, clonación de voz y videos modificados con IA alteran evidencias, causando polarización o juicios injustos. Académica y profesionalmente, el rigor se deteriora: papers con errores “alucinados” minan la innovación.

Mi misión estaba cumplida, así que, inmediatamente, antes de que me salieran con otra pregunta exótica, les dejé de tarea revisar la norma ISO 20022 para que me presentaran un informe en la próxima reunión. Agradecí, me despedí y salí corriendo.

Aprovecho esta columna para mandar un saludo y abrazo cumpleañero a mi viejo y también a mi hermano Victorjulio. ¡Les deseo que la pasen de la refurinfunflais!

Este DJ de diario te recomienda y les dedica hoy a sus estudiantes “Grita” de Jarabe de Palo.

 

Comentarios de Facebook

También te puede interesar

¿El éxito o la felicidad?

TÚ NO TE IMAGINAS que, al entrar a