A través de un medio de comunicación radial, el docente universitario Néstor Barrantes Sánchez encendió las alertas al denunciar que un grupo de 18 personas, integrantes de una nueva asociación de la Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez (UANCV), estarían buscando tomar control total de la institución.
Además, agregó que este grupo, a través del nuevo Estatuto, pretendería asumir dominio sobre un patrimonio valorizado en más de 400 millones de soles, que incluye bienes inmuebles y 68 millones de soles en efectivo que sostuvo la anterior gestión. «Nuestros dirigentes se tiene que organizar y nadie puede apropiarse de ella, si esas 18 personas quieren constituir una nueva universidad que lo hagan con su patrimonio (…)», mencionó.
Barrantes recordó que la Ciudad Universitaria consta de 30 hectáreas y otros predios como el edificio el camping ubicado en el pasaje La Cultura, el tercer piso del Centro Comercial N° 2, el segundo y tercer piso del Centro Comercial 3 fueron donados por la Municipalidad Provincial de San Román, por lo que cuestionó la ausencia de una postura firme del alcalde para defender la participación del municipio en la nueva asociación.
En ese marco, instó a las autoridades locales a salvaguardar los bienes que, remarcó, fueron entregados con fines educativos y no para beneficiar intereses particulares.
Respecto al proceso de licenciamiento, el catedrático aseguró que se trata de un “engaño” a la comunidad universitaria. Explicó que la primera exigencia de la Sunedu, establecida en la Resolución 037-2024, es contar con un estatuto institucional conforme a ley. Sin embargo, afirmó que el último documento vigente no cumple con ese requisito, por lo que anticipó que la solicitud de licenciamiento “inevitablemente será declarada improcedente”.
En una autocrítica Barrantes asumió responsabilidad por la situación actual y señaló que tanto exrectores como docentes compartieron culpas por el no licenciamiento de la Uancv. «Algunos son responsables por acción, son los que han tenido la oportunidad de conducir los destinos de la universidad durante tanto tiempo y no han podido licenciar teniendo un presupuesto enorme; otros por omisión, porque en su momento no hemos exigido con énfasis su licenciamiento (…)», refirió.
En ese sentido, planteó que, por decencia institucional, todos aquellos que no han respondido a las necesidades de la universidad deberían dar un paso al costado para permitir la renovación. “Nuevos profesionales y jóvenes de Juliaca deben asumir la conducción”, afirmó, subrayando que la región necesita con urgencia una universidad licenciada que responda a las expectativas de los 50 mil estudiantes que cada año culminan la secundaria.

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