Los sobrevivientes del fatídico accidente ocurrido en el kilómetro 780 de la Panamericana Sur, en Ocoña (Camaná), rompieron su silencio y contaron entre lágrimas los minutos de terror que vivieron cuando el bus de la empresa Transportes Llamosas cayó a un abismo de 200 metros. El siniestro, que dejó 37 muertos y 25 heridos, fue provocado por un conductor que supuestamente cerró los ojos por un instante por el cansancio e invadió el carril contrario y chocó frontalmente contra la unidad interprovincial.
Entre los heridos que lograron salir con vida se encuentran Elízabeth Lunasco Quintana (30) y la menor Evelyn Q.A., de 12 años, quienes fueron dadas de alta en el hospital Honorio Delgado.
Elízabeth, natural de Ayacucho, contó que viajaba con su pareja en el segundo piso del bus y que ninguno llevaba cinturón. “Hubo un impacto fuerte, vi una camioneta blanca y todo empezó a dar vueltas. Pensé que iba a morir.
Le agradezco a Dios por esta segunda oportunidad”, expresó mientras era trasladada en silla de ruedas. Su pareja permanece internado con una fractura de clavícula.
Otra sobreviviente, Leonarda Condori Puma, contó que salió expulsada del vehículo en medio del caos. “Solo escuché un ruido fuerte y salí volando. Estaba atrapada entre dos piedras… le pedí a Jesús que me salvara. No sé cómo pude levantarme”, narró, aún adolorida por los golpes que tiene en todo el cuerpo. Los médicos informaron que dos pasajeros permanecen en trauma shock y otros siguen bajo observación.
Las historias que se escuchan entre los pasillos del hospital estremecen el alma. Susana Gallegos, quien viajaba con su hijo de 13 años para una cita médica en Arequipa, recuerda cada segundo del horror. “El bus se volteó y salí despedida. Cuando desperté, alguien quería llevarse mi cartera. No podía moverme. Grité por mi hijo, pero no respondía. Con lo último que tenía de fuerza llamé a un familiar y solo escuchaba gritos, gritos por ayuda…”, contó entre lágrimas.
Mientras los sobrevivientes luchan por recuperarse, en la morgue de Camaná aún permanecen tres cuerpos sin ser reclamados. Son víctimas que viajaban desde Cusco y Huancayo, lejos de sus hogares, y cuyos familiares no han podido llegar. La Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Camaná obtuvo siete días de detención preliminar para Henry Apaclla (35), el conductor de la camioneta responsable del choque. Un examen retrospectivo confirmó que tenía 1.04 g/l de alcohol en la sangre, más del doble del límite permitido.
Además, registra antecedentes por conducir ebrio desde 2018. Las autoridades realizan diligencias para determinar su responsabilidad por homicidio y lesiones culposas. Los heridos, las familias y todo un país exigen que esta vez la justicia no llegue tarde.
Comentarios de Facebook