El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró este sábado un nuevo estado de excepción en las provincias de Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Cañar, Azuay, Orellana, Sucumbíos y Pastaza por «grave conmoción interna», debido a las protestas indígenas por el alza del precio del diésel.
El mandatario aseguró que durante las «violentas manifestaciones» han sido agredidos policías y militares, «quienes incluso han sido secuestrados y vejados en su integridad».
Noboa señaló en su decreto que «se han rebasado los límites del ejercicio legítimo de los derechos a la protesta y resistencia, configurando una alteración grave del orden público que excede las capacidades de control mediante medidas ordinarias».
Por ello, suspendió en estas diez provincias el derecho a la libertad de reunión, que implica que durante las veinticuatro horas estará limitada la conformación de aglomeraciones en espacios públicos con el objeto de paralizar los servicios públicos.
Sí estarán permitidas las protestas pacíficas, siempre y cuando no afecten «los derechos, libertades y garantías del resto de la ciudadanía».
El presidente también dispuso la movilización de las Fuerzas Armadas y de la Policía hacia esas localidades, con la finalidad de «prevenir acontecimientos de violencia, proteger la vida e integridad física de la ciudadanía, así como el derecho a la libre circulación y desarrollo de actividades económicas».
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