El supertifón Ragasa, con la fuerza de un huracán categoría 3, evacua a casi dos millones de personas en el sur de China después de haber causado estragos en Filipinas y Taiwán.
El fenómeno natural, que tocó tierra con vientos devastadores, provocó que ciudades activaran protocolos de emergencia sin precedentes. La población debió aferrarse a estructuras para no ser arrastrada por la fuerza de las ráfagas, en medio de inundaciones que dejaron vehículos flotando.
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