El penal Barbadillo, un pequeño recinto penitenciario dentro de la sede de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (DIROES), en Ate, se ha convertido en el destino final de varios exmandatarios peruanos.
Desde ayer 13 de agosto, el expresidente Martín Vizcarra se sumó a esa lista tras recibir una orden de prisión preventiva de cinco meses, dictada por el juez Jorge Chávez Tamariz, en el marco de los casos Lomas de Ilo y Hospital Regional de Moquegua.
En menos de dos décadas, el mismo establecimiento ha visto pasar a presidentes de distintas líneas políticas, todos involucrados en procesos por corrupción o abuso de poder. Fujimori, Humala, Castillo y Toledo ya conocen sus celdas; ahora, Vizcarra se convierte en el quinto “inquilino” de este lugar, diseñado para albergar a reos de alta seguridad, pero con condiciones muy diferentes a las de un penal común.
¿CÓMO ES BARBADILLO?
Lo que en los años ochenta era un terreno donado a la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) se convirtió en la cárcel de los expresidentes peruanos procesados y/o condenados por corrupción.
Son al día de hoy cinco los exmandatarios que han pasado sus noches en este recinto. Tanto Ollanta Humala, Pedro Castillo y Alejandro Toledo se encuentran hoy aún recluidos y sus celdas están casi una al lado de la otra. Pese a ello, fuentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) aseguraron que actualmente no se cruzan por tener rutinas distintas.
Si bien este penal ubicado en el distrito de Ate abrió sus puertas en setiembre de 2007 tras la extradición del hoy fallecido Alberto Fujimori al Perú, no es hasta 2017, cuando el Poder Judicial dictó prisión preventiva para Toledo por el caso Interoceánica, que el INPE habilitó nuevos espacios para que este fuese recluido.
El internamiento de Alejandro Toledo en el penal de Barbadillo, luego de estar seis años prófugo en Estados Unidos, cambió el registro histórico de expresidentes peruanos que han pasado por una cárcel en más de 200 años de historia republicana. Con Vizcarra en la cárcel, es la primera vez que se ve al mismo tiempo a cuatro exgobernantes tras las rejas. Uno al lado del otro.
Inicialmente se pensó como una prisión temporal mientras se construía un centro de reclusión en el Callao para el expresidente Fujimori. Sin embargo, durante el gobierno de Alan García se decidió que ese sería el penal en el que debía quedarse mientras enfrentaba su juicio y, luego, para cumplir su condena.
Sobre el régimen penitenciario que tienen los expresidentes, el exjefe del INPE Wilfredo Pedraza mencionó a Perú21TV que los internos de Barbadillo están bajo un régimen ordinario.
Señaló que tienen dos días de visita por semana para familiares directos y amigos. Asimismo, cuentan con una pequeña mesa, una silla y objetos personales que les permitan cierta comodidad.
“En la práctica, todo privado de libertad en prisión tiene la obligación de desarrollar alguna actividad. Fujimori pinta y realiza actividades en un biohuerto. Seguramente Toledo establecerá una serie de actividades para realizar y la administración penitenciara se las concederá, salvo que afecte la seguridad”, señaló Pedraza.
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