La Municipalidad Provincial de Arequipa entregó al escritor Luis Enrique Bustamante Pérez una medalla y un reconocimiento por su aporte a la literatura peruana, su perseverancia y su compromiso social. El acto, cargado de emoción, destacó la trayectoria de un hombre que convirtió las limitaciones físicas en un motor de creación y esperanza.
Su madre, Rosa Pérez, recuerda que, a los 20 años, mientras estudiaba en la Universidad de Granada (UGR), España, Luis sufrió una enfermedad inesperada que lo dejó tres meses en coma. Al despertar, perdió la capacidad motora y gran parte del habla. Desde entonces, ha pasado dos décadas en silla de ruedas. Sin embargo, su espíritu luchador lo llevó a retomar sus estudios en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa, donde se graduó con honores como economista.
Luis escribió varios libros, como Hablando con un ángel, Buscando la felicidad y un reciente libro digital creado junto a su sobrina de ocho años, Barey Otazú Bustamante, todos traducidos al inglés, quechua e italiano. Sus obras describen “un mundo maravilloso” y transmiten un mensaje de fortaleza y amor por la vida. “Quiere ser un norte para los estudiantes, inculcarles el amor al trabajo, la investigación, el estudio y la familia”, explica su madre.
¿Cómo escribe sus libros Luis Enrique?
Su proceso creativo requiere de ingenio y paciencia. Comenzó escribiendo con el dedo meñique, luego con un puntero en la cabeza, hasta que las dificultades físicas lo llevaron a desarrollar su último libro en formato digital, un trabajo que le tomó un año completo con la ayuda de su sobrina de 8 años de edad, “quien tiene una sensibilidad muy grande por su tío ayudándolo en su atención, comunicación”, dijo la madre de Luis.
Además de su producción literaria, Luis proyecta fundar un centro de capacitación en jardinería con un espacio de terapia para personas con discapacidad. Pide apoyo a las municipalidades y a la Cámara de Comercio para concretar el proyecto y, además, obtener una editorial para sus libros.
“Para mí, Luis es un regalo divino”, dice Rosa Pérez con voz firme. “Cuando pierdo las fuerzas, Dios me las devuelve. A las familias que viven algo parecido, les digo: tengan fortaleza, inteligencia y capacidad de lucha”.
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