“¡Feliz 28!”, gritó un oficial de alta graduación de la Policía Nacional al reportero del dominical “Panorama”, Luis Vargas, que lo abordó cuando salía de Villa Cosentino, un local para fiestas de gala ubicado en la Alameda Don Alfonso, Chorrillos. El oficial no respondió al periodista qué era lo que se celebraba ruidosamente en la noche del sábado 26 de julio con música de la Orquesta Candela, que fundó Víctor Yaipén. Era el jefe de la Dirección de Inteligencia de la PNP (Dirin), Augusto Ríos Tiravanti.
Asistieron 6 tenientes generales, 40 generales y 5 coroneles. Además de Ríos, las cámaras de “Panorama” también captaron a otros altos oficiales que abandonaban la reunión en las primeras horas del domingo 27 de julio, antes de las celebraciones oficiales por Fiestas Patrias, luego de cenar, beber y bailar en el fastuoso establecimiento chorrillano. Todos se negaron a decir sus nombres.
Nada que celebrar
Parecía un festejo por adelantado de la gestión del comandante general Víctor Zanabria. Porque, tres días después de la bomba de los generales, el jueves 31 de julio, la Policía Nacional divulgó que y junio de este año los homicidios se redujeron en Lima en comparación con 2024. “¡Son 9 vidas que se lograron preservar!”, afirmó la policía. Sin embargo, el analista de datos, Juan Carbajal, desmintió la información.
“Los datos del Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana, cuya fuente es el Sistema de Información de Denuncias Policiales (SIDPOL), indican todo lo contrario. (…) Los datos del SIDPOL, que son públicos y dados a conocer por el Ministerio del Interior, desdicen tales cifras (de la PNP)”, explicó Carbajal. “Entre enero a junio del de 2024 (se registraron) en Lima Metropolitana 470 (homicidios) y en Lima región 58. Total 528. Y entre enero a junio de 2025: en Lima Metropolitana 482 homicidios (+2.6%) y en Lima región 82 (+41.4%). Total: 564 (+6.8%). Por lo tanto, no se visibiliza reducción alguna tal como ha informado la PNP en cuanto a los homicidios en Lima”, concluyó. Es decir, no había motivo para festejar. En lugar de bajar, los crímenes en Lima siguen en aumento.
Ni una pizca de vergüenza
Sin embargo, el alto mando de la Policía Nacional parece vivir en otro planeta. Esto explicaría por qué el jefe de la Dirección de Inteligencia de la PNP (Dirin), general Augusto Ríos Tiravanti, en lugar de estar al frente de la lucha contra la criminalidad, pasa el tiempo en reuniones no oficiales bailando cumbia al son de la “Orquesta Candela”, junto con sus superiores, encabezados por el comandante general Víctor Zanabria Angulo.
Por cierto, el general Augusto Ríos Tiravanti es el mismo que fue relevado como jefe de la Tercera Región Policial de La Libertad, por su baja productividad en la lucha contra la criminalidad. Peor aún. Uno de sus hombres de confianza, el coronel PNP Arturo Balta Paredes, fue capturado por pertenecer a la organización criminal “La Gran F.A.”, dedicada a la minería ilegal.
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