El histórico club Diablos Rojos de Juliaca fue sancionado con descenso administrativo y suspensión por tres años. No fue derrotado en la cancha, sino por abandono.
Su caída no fue una sorpresa. El conjunto altiplánico no se presentó en su último partido frente a Melgar. Era el segundo Walk Over en la Liga 3. Con eso, el castigo era automático: pérdida de categoría y exclusión del sistema.
La sanción fue contundente. No jugarán Copa Perú 2026. No participarán en ninguna competencia oficial por al menos dos temporadas. Una parálisis total para uno de los clubes más emblemáticos de la sierra sur.
Diablos Rojos, conocido por su pasión y su hinchada fiel en Juliaca, venía arrastrando problemas logísticos desde el inicio del torneo. Sin embargo, el abandono confirma lo que ya se temía: una gestión sin rumbo.
A diferencia de Carlos Stein y Juventud Santo Domingo, que descendieron por resultados, el club puneño fue sancionado por incumplir las reglas básicas del certamen. Su caso recuerda al de Alfonso Ugarte en 2023, también castigado por doble Walk Over.
Este 2025, la Liga 3 ha demostrado que no hay espacio para la improvisación. El reglamento se aplica sin excepción. Y Diablos Rojos paga el precio más alto: el exilio.
Mientras otros equipos ya piensan en la Copa Perú o el ascenso, Juliaca se queda sin fútbol profesional. Un silencio que duele en las gradas, pero que exige una reflexión profunda.
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