El discurso completo de José de San Martín proclamando la independencia del Perú el 28 de julio de 1821 es un símbolo contundente que marca el nacimiento de una nación libre, con un llamado vibrante a la patria, la libertad y la independencia.
En esta semana de celebración, el autor se impone el reto de escribir con completa inteligencia humana, dejando a un lado la tecnología y la inteligencia artificial para recuperar la sinceridad y la autenticidad de la expresión propia, a pesar de que las musas fueron esquivas por días.
¿Pero qué es la libertad?
Desde una perspectiva filosófica, se propone que la libertad verdadera va más allá de la simple ausencia de cadenas físicas; consiste en la capacidad consciente de autodeterminarse y elegir el propio camino, incluso en circunstancias limitadas. Libertad es, por tanto, un acto de conciencia y responsabilidad en la toma de decisiones.
En un enfoque constitucionalista, la libertad se define como una conquista precaria y un pacto social que debe ser protegido constantemente. Los derechos civiles y las garantías jurídicas son el fundamento, pero la verdadera libertad se ejerce cotidianamente a través de una ciudadanía crítica y vigilante que defiende sus espacios de autonomía y participación.
Actualmente, la libertad requiere de una alfabetización nueva y profunda que permita comprender las complejas estructuras tecnológicas y económicas que regulan nuestras vidas. Ser libre en el siglo XXI no es solo tener derechos, sino saber cuándo desconectarse, cuestionar las burbujas de información y mantener espacios para la reflexión personal en un ambiente saturado de ruido digital.
La libertad también es colectiva e interdependiente. La defensa de la libertad propia debe ir acompañada del respeto y la protección de la libertad ajena, por más distintas que sean nuestras opiniones. La libertad económica genuina es aquella que permite oportunidades reales para todos, no solo la acumulación ilimitada por una minoría.
El verdadero sentido de la libertad entonces, está asociado a la responsabilidad; no significa actuar sin límites, sino elegir con plena consciencia del impacto de nuestras decisiones en los demás. Libertad implica valentía para defender principios, flexibilidad para cambiar cuando la razón lo exige y la capacidad de construir puentes en medio de la polarización social.
En definitiva, la libertad es un verbo: se practica, defiende y ejerce. No es un destino fijo, sino un camino constante. Es un espacio frágil y dinámico donde la humanidad se despliega, rompiendo límites en el pensamiento, la tradición y las propias restricciones. Libertad representa movimiento, rebelión y responsabilidad.
Finalmente, mi opinión es que la libertad depende de nosotros mismos y debe imponerse como calma frente al caos, gratitud frente al miedo, compasión y misericordia en la relación con los demás, para construir una sociedad más justa y humana.
Hoy me gustaría agradecerle a mis lector@s por toda la paciencia y cariño que han tenido para leerme y apoyarme.
¡Finalmente, este DJ de periódico se despide y te recomienda “Y se llama Perú!” de Zambo Cavero y Oscar Avilés.
Resistan, felices fiestas, somos libres, seámoslo siempre. Amén.
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