Ozzy Osbourne, ícono indiscutible del heavy metal y fundador de Black Sabbath, murió el 22 de julio de 2025 a los 76 años. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado que expresó una “tristeza indescriptible” y pidió respeto por su privacidad en este momento de duelo. El artista británico falleció rodeado de sus seres queridos, en un ambiente de cariño y paz.
Su última presentación tuvo lugar el 5 de julio en Villa Park, Birmingham, donde compartió escenario con los miembros originales de Black Sabbath en un emotivo concierto titulado Back to the Beginning. Sentado debido a sus problemas de movilidad, Ozzy interpretó cinco canciones que marcaron el cierre de una era. El evento fue considerado por muchos como su despedida definitiva.
Una batalla silenciosa
Desde 2019, Osbourne enfrentaba complicaciones de salud, incluyendo un diagnóstico de Parkinson y lesiones en la columna vertebral que afectaron su movilidad. A pesar de estos desafíos, se mantuvo activo en la música y en contacto con sus fans, demostrando una resiliencia que inspiró a millones.
El legado del Príncipe de las Tinieblas
Con su voz rasposa y estilo provocador, Ozzy redefinió el género del heavy metal. Desde sus inicios con Black Sabbath hasta su carrera como solista, dejó una huella indeleble en la cultura musical. Temas como Crazy Train y Mr. Crowley siguen siendo himnos para generaciones de fanáticos.
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