El apagón masivo que dejó sin luz a toda la península ibérica el pasado 28 de abril no fue producto de un ciberataque. Así lo confirmó la vicepresidenta tercera de España, Sara Aagesen, quien detalló que el evento fue causado por una cadena de fallos en el sistema eléctrico.
El informe técnico, elaborado durante 49 días, concluyó que hubo tres causas principales: falta de control de tensión, oscilaciones críticas y desconexiones de centrales.
Ese día, el sistema eléctrico operó con la menor capacidad de control de tensión de todo el año. Las plantas generadoras, incluso aquellas pagadas para cumplir esa función, no absorbieron la energía reactiva como se esperaba. “Faltaban capacidades de controlar tensión”, admitió la ministra.
El segundo factor fue una serie de oscilaciones. Una de ellas fue calificada como atípica. Aunque se aplicaron protocolos, estos agravaron las tensiones.
La tercera causa fueron las desconexiones. Algunas plantas salieron del sistema sin que fuera necesario, agravando la inestabilidad.
Aagesen describió la situación como una «marea imparable». No se pudo contener por falta de anticipación y herramientas para absorber el exceso de energía.
La reposición del servicio fue rápida. A las 7:00 a. m. del 29 de abril, el 100 % del suministro se había restablecido. La ministra calificó la respuesta técnica como un éxito.
Para evitar que algo similar vuelva a ocurrir, el Gobierno aprobará un Real Decreto con medidas urgentes. Incluirá más supervisión, refuerzo del control de tensión, integración de energías renovables en el sistema de respuesta y nuevas normas en ciberseguridad.
España busca transformar la crisis en una oportunidad para fortalecer su red energética. El apagón fue una llamada de atención.
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