Tarapoto espera en silencio. La familia de José Ávila Tuanama, joven peruano que murió en el frente de batalla en Ucrania, reclama algo simple: respuestas. Desde San Martín, su hermana denuncia que Cancillería no ha dado información concreta sobre el proceso de repatriación. “No tenemos nada”, dice con voz quebrada. El cuerpo sigue fuera. La promesa del Estado, también.
Mientras tanto, su madre está devastada. Su padre, descompensado. Desde la última llamada, el miércoles, no hay día ni hora para el retorno del hijo perdido. La guerra terminó para él. Pero el calvario recién empieza para los suyos.
Cancillería afirma que ha ofrecido apoyo y espera respuesta de autoridades ucranianas. Sin embargo, la familia insiste: no hay fecha, ni guía, ni acompañamiento real.
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