La madrugada del domingo, la Fuerza Aérea del Perú (FAP) confirmó el hallazgo de nuevas piezas del avión KT-1P que pilotaba la alférez Ashley Vargas Mendoza, desaparecida desde el 20 de mayo. Los restos fueron ubicados cerca de la playa Mendieta, en Pisco.
El hallazgo fue comunicado oficialmente. Las piezas serán entregadas a la Junta de Investigaciones para colaborar con las pesquisas. También se notificará a la Fiscalía de Pisco, en cumplimiento del protocolo en accidentes aéreos.
La búsqueda no se detiene. La FAP reiteró su compromiso en las operaciones para encontrar a la piloto y agradeció la cooperación de instituciones y ciudadanos. Sin embargo, el caso no deja de levantar críticas.
La familia de Ashley Vargas emitió un duro pronunciamiento días atrás. Acusaron a la institución de indolencia y cuestionaron el manejo de la emergencia. “Para la FAP, la vida parece no significar nada”, dijeron en un comunicado público.
“Acá hay responsables”, advirtieron, señalando que dentro de la institución deben responder por lo ocurrido.
La búsqueda continúa entre silencio, fragmentos de fuselaje y una presión creciente por respuestas. Ashley Vargas sigue desaparecida. La incertidumbre también.
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