El miércoles 7 de diciembre de 2022, Pedro Castillo, entonces presidente de Perú, sorprendió al país y al mundo al aparecer en un mensaje televisado anunciando la disolución del Congreso, la intervención del Poder Judicial y la convocatoria de elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes.
Declaró también un toque de queda a nivel nacional y ordenó la detención de la fiscal de la Nación y el cierre del Congreso. El hecho fue rápidamente catalogado por políticos, medios y el Tribunal Constitucional como un golpe de Estado.
Sin embargo, lo que parecía un golpe consumado se desmoronó en minutos: los altos mandos militares no respaldaron a Castillo, una oleada de renuncias se produjo en su gabinete y solo dos funcionarios apoyaron su decisión. El mensaje de destitución fue inmediato, y Castillo pronto quedó detenido.
Dudas en torno a la evidencia videográfica
En el contexto del proceso judicial que enfrenta Pedro Castillo, nuevas controversias han surgido. La defensa del expresidente ha puesto en tela de juicio la veracidad de los videos presentados como prueba de su intento de autogolpe. El abogado de Castillo ha sugerido que dichas grabaciones podrían haber sido manipuladas, alegando que “podrían haber sido hechas con inteligencia artificial o actores“.
Esta argumentación busca sembrar dudas respecto a la autenticidad de las pruebas, en momentos donde la tecnología de la inteligencia artificial ha mostrado ser capaz de crear videos falsos de apariencia realista. Aun así, hasta el momento, no hay informe oficial o peritaje técnico que respalde esta hipótesis.
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