Gustavo Adrianzén podría tener los días contados. Él mismo inició su cuenta regresiva cuando el 30 de abril negó, en conferencia de prensa, el secuestro de trece mineros en Pataz. Cinco días después, estos fueron hallados cadáveres y con signos de tortura. Ahí empezó su Waterloo. Ese mismo día, el 4 de mayo, el Congreso impulsó una moción de censura en su contra. A esta le siguió otra, y a esa otra y así. Al cierre de esta edición son cuatro los documentos que exigen la salida inmediata del primer ministro de Dina Boluarte.
Tres mociones de censura contra Adrianzén están listas
Todas las mociones cuentan con decenas de firmas, pero ha sido la multipartidaria, impulsada por Edward Málaga (no agrupado) y Roberto Sánchez (Juntos por el Perú), Podemos y Acción Popular las que, al cierre de esta nota, han superado las 33 firmas necesarias para ser admitidas a trámite y buscar los 66 votos en el Pleno para aprobar la censura.
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