Puno: Lo mató, enterró y desenterró…

Puno: Lo mató, enterró y desenterró…

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1. LO MATO ELo mató, enterró y desenterró...

¡Crimen macabro! La confesión de Edwin Samuel Apaza Calla (38) estremeció a la ciudadanía, al revelar cómo asesinó brutalmente a su propio tío.

La noche del sábado, en la comunidad de Chimpa Jaran, salida a Cusco, lo atacó fríamente y le destrozó la cabeza con una piedra.

Luego, intentó ocultar el crimen enterrando el cuerpo, pero al temer ser descubierto, lo desenterró y arrojó al río. Es así, que, tras una intensa búsqueda, la Unidad de Emergencias (Uneme) PNP de Juliaca, recuperó el cadáver la tarde de ayer.

LA DESAPARICIÓN

El caso salió a la luz el lunes por la tarde, cuando Amiz Ccalla Catti (38), hija de la víctima, y Juliana Catti de Ccalla (72), su esposa, denunciaron la desaparición de Elisbán Ricardo Ccalla Flores (59), quien no había regresado a casa desde la noche del sábado.

Las sospechas de la familia apuntaron de inmediato al sobrino, Edwin Apaza, ya que anteriormente había amenazado de muerte a su tío por conflictos de terrenos.
Además, su historial criminal generaba desconfianza, pues recientemente había salido de prisión por el delito de violación.

LA CONFESIÓN

Las diligencias iniciales estuvieron a cargo del personal del Área de Investigación Criminal (Areincri) de la PNP, y del fiscal Raúl Quilla Faijo, del Ministerio Público de San Román – Juliaca.

En un primer momento, Edwin negó toda acusación. Sin embargo, la noche del lunes, cabizbajo y temeroso, terminó confesando su crimen ante los agentes. Además, las pruebas de luminol confirmaron rastros de sangre humana en su ropa, cuerpo, rostro y manos.

EL INICIO DEL HORROR

Según las investigaciones preliminares, el sábado 26 de abril, alrededor de las 11:00 p.m., Elisbán, en estado de ebriedad, llegó hasta la casa de su sobrino y comenzó a provocarlo con insultos desde el exterior. Luego, regresó a su vivienda, ya que ambos vivían en la misma comunidad.

Molesto, Edwin salió a seguirlo para enfrentarlo. Al encontrarse nuevamente, el tío regresó hacia donde estaba su sobrino, sin saber que lo esperaba en el camino para atacarlo.

EL ASESINATO

La Policía presume que Edwin lo sorprendió en plena trocha carrozable, y lo golpeó al menos tres veces en la cabeza con una piedra, causándole la muerte en el acto.

Tras el crimen, se dirigió a una casa deshabitada de su hermana y tomó una carretilla. Con ella trasladó el cuerpo unos 800 metros hasta la orilla del río, donde lo enterró.

Pero los remordimientos y el miedo a ser descubierto lo hicieron regresar minutos después. Luego, desenterró y cargó el cadáver, y lo arrojó al río, dejando un rastro de sangre que conducía directamente al hoyo donde inicialmente lo había ocultado.
Se estima que toda esta secuencia ocurrió entre las 11:00 p.m. del sábado y la madrugada del domingo. Luego, lavó la carretilla, su ropa, se bañó y regresó a su vivienda como si nada hubiese ocurrido, hasta que fue confrontado por la familia del fallecido.

EL HALLAZGO

Las labores de búsqueda y rescate se retomaron ayer en la mañana, con participación de la Compañía de Bomberos y los propios comuneros.

Finalmente, en horas de la tarde, agentes de la Uneme de Juliaca hallaron el cuerpo sin vida de Elisbán Ricardo Ccalla, flotando en el río, a más de 100 metros del puente Maravillas.

El cadáver había sido arrastrado por la corriente aproximadamente un kilómetro desde el lugar donde fue arrojado.

SITUACIÓN LEGAL

Hasta el momento, las investigaciones indican que Edwin Samuel Apaza actuó solo. Actualmente permanece detenido en la carceleta del Depincri PNP por el delito de homicidio calificado, y se encuentra a la espera de la audiencia para la solicitud de prisión preventiva.

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