Más de 500 familias del sector Centro Miraflores, en el distrito fronterizo de San Pedro de Putina Punco (Perú-Bolivia), reclaman la urgente asignación de médicos y enfermeros para el puesto de salud local, una infraestructura construida pero que permanece inoperativa desde inicios de este año, dejando a la población sin acceso a atención básica.
El centro de salud, que funcionó hasta el año pasado, fue cerrado por falta de personal, obligando a los pobladores a desplazarse hasta Putina Punco para recibir atención. «El camino es largo y no tenemos transporte adecuado. Las familias con niños enfermos o adultos mayores sufren lo peor», denunció Mauro Coaquira Apaza, teniente gobernador del sector.
Su cierre ha dejado a siete sectores en el abandono. «Hemos gestionado el código Renipress ante la Red de Salud de Sandia, pero no hay avances. Sin personal ni medicamentos, el centro es solo un edificio vacío», agregó.
La situación es crítica, algunos pobladores caminan hasta seis horas para llegar a otros puestos de salud. Ante esto, los líderes exigen acción inmediata de las autoridades sanitarias y locales para reactivar el servicio con profesionales y medicamentos.
«Es un derecho fundamental, no podemos seguir esperando», advirtió Coaquira, quien no descartó que podrían emprender una medida de lucha.
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