En la víspera publicamos un extenso reportaje sobre Néstor Aroapaza Aguilar, el exjefe de Estudios y Proyectos del Gobierno Regional Puno (GRP) durante los años 2009 y 2010, tiempo en el que perpetró actos de corrupción que provocaron cuantiosas pérdidas al Estado.
Producto de ello, atesoró 62 investigaciones fiscales, siendo procesado por una decena de delitos y obteniendo tres sentencias.
En octubre de 2021 cuando fue capturado tras estar prófugo seis años, se declaró culpable siendo encarcelado en el penal de Yanamayo. Se probó que colocó 37 trabajadores ‘fantasmas’ para millonarios estudios.
Ahora en libertad enfrenta cargos por lavado de activos y graves delitos de corrupción.
En diciembre de 2014, su esposa, Hilda Torres Quispe, fue sentenciada a 3 años y 4 meses de pena suspendida y una indemnización de apenas 8 mil 361 soles.
En su ardid para eludir los filtros de la justicia en el proceso de lavado de activos, la mujer se las ingenió para inscribir sus bienes inmuebles y vehiculares, ante la Sunarp, aumentándose un nombre.
HILDA SELINA TORRES…
Las propiedades inscritas a nombre de HIlda Torres Quispe e Hilda Selina Torres Quispe, con su mismo número de DNI: 01318192. Se aprecia dos viviendas en Lima y Arequipa, y dos vehículos; uno en Lima y otro en Juliaca.
¿LA ENTENADA?
La Fiscalía de Lavado de Activos también ha rastreado a Lizbet Soto Torres, hija de Hilda y entenada de Néstor, quien con 24 años festinó con obras que el padrastro le facilitó, mediante el Consorcio Solys.
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