A pesar de las protestas, continúa el juicio oral contra Pedro Castillo y sus exministros por el fallido golpe de Estado de 2022. En esta audiencia, el exministro de Defensa, Gustavo Bobbio, fue citado para dar su testimonio sobre los hechos ocurridos el Despacho Presidencial el 7 de diciembre de ese año.
Antes de su llegada al penal de Barbadillo, Bobbio fue abordado por la prensa y expresó su apoyo al expresidente. Señaló que durante la detención de Castillo se cometieron varias irregularidades, por lo que lo llamó un “presidente secuestrado”.
“De acuerdo a las leyes se han incumplido un montón de cosas. Es un abuso realmente (…) Yo no he estado complotado con nadie. Esto no es un complot, ¿por qué con quién habló para complotar. (¿Quién escribió el discurso?) No sé, no lo sé”, señaló.
Sin embargo, ofreció una declaración singular al referirse al exmandatario, a quien calificó de “estúpido”, asegurando que esa era la razón por la que deberían sentenciarlo. “Se ha suicidado políticamente. Claro, como lee eso. A mi juicio deben darle 3 o 4 años por estúpido, pero no por haber hecho un golpe de Estado”, manifestó.
“Estuve cuando leyeron el discurso, no sé. Voy a decir que no sé nada, porque no sé nada(…) Porque yo respeto las jerarquías. Yo dejo que cada quien se suicide solo. A mi juicio estaba harto de toda esta porquería”, explicó Bobbio.
Por último, consideró que la decisión de Castillo de declararse en huelga de hambre es una actitud “digna”.
Testimonio de Bobbio durante la audiencia
En su intervención, Bobbio detalló los eventos ocurridos en el despacho presidencial durante el mensaje a la Nación en el que Castillo anunció la disolución del Congreso. Según su testimonio, en ese momento se encontraban presentes el ministro de Trabajo, Alejandro Salas; la entonces premier, Betssy Chávez; el ministro del Interior, Willy Huerta; el exjefe del Gabinete, Aníbal Torres, y otras personas cuya identidad no pudo precisar.
También mencionó haber visto al ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez, aunque aclaró que nadie le solicitó apoyo para ejecutar la disolución del Congreso ni observó a Torres abrazar a Castillo tras el discurso.
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