El cardenal peruano Juan Luis Cipriani, exarzobispo de Lima y miembro del Opus Dei, rechazó las acusaciones de abuso sexual que motivaron al Papa Francisco a imponerle sanciones en 2019.
Cipriani afirmó que no tuvo oportunidad de defenderse ni de participar en un proceso formal antes de ser castigado, lo que calificó como una injusticia.
Las medidas aplicadas incluyeron restricciones a sus actividades públicas y un período de exilio. Aunque en 2020, tras reunirse con el Papa, se le permitió retomar algunas labores pastorales hasta su retiro, estas declaraciones reavivan el debate sobre el manejo de casos de abuso en la Iglesia.
La situación ocurre en un contexto de mayor escrutinio hacia la Iglesia peruana, tras la disolución del Sodalitium Christianae Vitae por denuncias de abusos sexuales y corrupción financiera.
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