Cerrando el Primer Tiempo: Gracias

Cerrando el Primer Tiempo: Gracias

Cerrando el Primer Tiempo GraciasCerrando el Primer Tiempo Gracias

Me tomé unos días para pensar cómo debería iniciar la primera columna del año. Después de conversar con mi tocayo, caímos en cuenta de que, si la vida fuera un partido de fútbol, estaríamos, en el mejor de los casos, cerrando el primer tiempo.

Ante tremenda epifanía, me di cuenta de que debía iniciar la primera columna del 2025 agradeciendo por todo lo vivido el año pasado.

Entonces hoy, en vez de escribir una columna técnica, quiero redactar una columna de agradecimiento por todo lo vivido y aprendido.

Quiero agradecer, primero que nada, a Dios, a mis viejos, a mis hermanos y a Vicente y Venicio, quienes me hacen un eterno estudiante. A ellos, gracias por todo su amor.

A mis amigos y socios, quienes siempre están allí.

A Fiorella, Mario, Juan Carlos y Michel: gracias por todo el apoyo y por la confianza brindada para escribir esta columna.

A Julia Victoria; sus palabras siempre me llenan de buenas energías.

A Gino, Ismael, Gustavo, Johana y a todo el equipo del CITE Madera Lima: son unos capos y hacen un gran trabajo. Mi agradecimiento por su gran gestión.

Y aunque el 2024 estuvo lleno de retos, retos que se superaron gracias a los empresarios solidarios, así como a mis amigos y a nuevos amigos que fui conociendo en el camino. Debo hacer menciones especiales a esas personas.

En Tarapoto City, a Bille: mi amigo siempre se porta como un caballero. A Nico Yraola de Sachapizza: las mejores pizzas de la ciudad. No puedo dejar de recomendar la cocina de Lucas Linares y su restaurante “Clandestino”, ¡súper rico!

En Moyobamba, a José Rolando y Vilha: gracias por atenderme con tanto cariño. El mejor juane que he probado en años y un ichicapi espectacular. También agradezco a Café Orgánico Mishqui Huayo por haber hecho realidad la primera donación de libros educativos en la ciudad.

En Bagua, a la señora Margarita: que me engreía con los desayunos.

En Kunchai, a Misael, Jaime, Pedro, Juda y a toda la comunidad awajún de Kunchai: me trataron como a un hermano y disfruté mucho del tiempo que compartimos. Mi compromiso es volver pronto para desarrollar sus proyectos de innovación.

En Máncora y Vichayito, a mi primo Vito: gracias por su confianza, dirección y consejos en esta nueva etapa. También a Ariel y Luz: gracias por lo aprendido.

A Fernando, Javier, Víctor, Carlos, Macca, Flor y Ricky: gracias por todo, chicos.

Al Dr. Gustavo Gayoso: por su valiosa amistad.

A Chini: por su amor y paciencia.

Debo pedir disculpas si se me olvida alguien; no es por intención sino por desmemoria.

El 2025 inicia con nuevos retos, pero lo empezamos agradecidos con Dios por el pasado y el presente y con una mirada de fe y esperanza para el futuro, en busca de dejar un país mejor y, por ende, un mundo mejor.

¡Hasta la próxima!

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