Esta mañana, el templo San Miguel Arcángel de Ilave amaneció con singulares carteles contra el obispo de Juli, Ciro Quispe López, tras una serie de decisiones controvertidas y denuncias en torno a actos inmorales y supuestos delitos.
Decenas de ciudadanos, entre los que figuran autoridades comunales, han elevado memoriales dirigidos al nuncio apostólico de Roma en el Perú, Paolo Rocío, y al arzobispo de Arequipa, Javier Augusto del Río Alba, exigiendo que de una vez se conozca los resultados del «visitador apostólico» Marco Antonio Cortez Lara, quien llegó en agosto pasado para investigar las graves acusaciones que se ciernen sobre el polémico prelado Quispe López.
El fin de semana, durante una reunión del clero de la Prelatura de Juli, se anunció un cambio de tres sacerdotes, lo que ha intensificado el malestar de los fieles y pobladores, debido a que su conducta y moralidad no están en cuestión.
«Ciro, queremos tu renuncia», «Ciro, basta ya de manejos antojadizos» y «Obispo Ciro, fuera de Ilave», son los carteles que simbolizan la rabia de los pobladores aymaras.
Cabe recordar que, además del sinuoso comportamiento del prelado de Juli, se suman recientes ordenaciones de sacerdotes extranjeros, provenientes de países como México y Colombia, quienes presuntamente no contaban con los estudios requeridos, y presuntos sacrilegios de piezas religiosas de gran valor, o el traslado de estos a lugares desconocidos.
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