En Perú, la regulación del cannabis ha avanzado en los últimos años, centrándose principalmente en su uso medicinal y terapéutico a través de las Leyes N.º 30681 y N.º 31312, junto con sus respectivos reglamentos. El cannabis y el cáñamo no son lo mismo, y hoy escribo sobre el cáñamo industrial y su potencial como motor de innovación, sostenibilidad y desarrollo económico en el país.
La historia del cáñamo en América Latina se remonta a 1794, cuando Manuel Belgrano asumió el Consulado de Comercio en Buenos Aires. Belgrano promovió el cultivo de cáñamo y lino como soluciones para revitalizar la economía del Virreinato del Río de la Plata, que enfrentaba una crisis tras el agotamiento de la industria minera. Sin embargo, Belgrano enfrentó resistencia de comerciantes locales temerosos de perder sus monopolios y de las autoridades españolas que veían sus propuestas como una amenaza.
En 2024, el Congreso peruano aprobó una ley histórica para fomentar la industrialización del cáñamo; sin embargo, el poder ejecutivo no la ratificó. Este rechazo plantea interrogantes sobre los intereses ocultos que podrían estar influyendo en decisiones gubernamentales. Con una pobreza cercana al 30% y una grave desigualdad económica, es imperativo que el gobierno desbloquee esta oportunidad para el desarrollo.
El cultivo de cáñamo podría ofrecer múltiples beneficios económicos para Perú:
Crecimiento del mercado: Se estima que el mercado mundial de cáñamo alcanzará los USD 18,600 millones para 2027, un crecimiento notable desde los USD 4,700 millones en 2020. Esto presenta una oportunidad única para que Perú se posicione como un proveedor clave, aprovechando sus condiciones agroclimáticas favorables. El cáñamo crece en la costa, sierra y selva.
Diversificación económica: El cáñamo tiene aplicaciones en diversas industrias—textiles, construcción, biocombustibles y alimentos—lo que permitiría a Perú diversificar su economía y reducir la dependencia de cultivos tradicionales.
Generación de empleo: La creación de una industria del cáñamo podría generar miles de empleos en agricultura, manufactura y comercio.
Sostenibilidad ambiental: El cáñamo crece eficientemente en terrenos degradados y contribuye a la restauración del suelo. Además, su cultivo puede ayudar a Perú a cumplir con objetivos de sostenibilidad y cambio climático.
Aumento de ingresos fiscales: La formalización del cultivo podría traducirse en mayores ingresos fiscales para el gobierno a través de impuestos sobre ventas y producción.
Como evaluador de proyectos de innovación he visto el potencial de prosperidad y sostenibilidad que representa el cáñamo para el Perú. Es fundamental que el ejecutivo apruebe la ley de cáñamo para aprovechar estas oportunidades en beneficio de todos los peruanos.
Te recomiendo esta publicación de Marco Vinelli Ruiz de la universidad ESAN, si es que quieres saber más sobre el cáñamo.
Hoy le mando un fuerte saludo a todas las asociaciones cannábicas del Perú e invitamos al ejecutivo a que apruebe la ley de cáñamo en favor de todos los peruanos.
Y para no perder la costumbre, la canción que de hoy es One Love, de Bob Marley.
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