El señor Camilo Paucar, un vecino conocido por su amor a los animales, vive en condiciones precarias y necesita un hogar digno, al igual que sus fieles compañeros caninos.
Es un adulto mayor con problemas de audición que ha dedicado gran parte de su vida a cuidar a sus perros mientras trabaja recolectando y vendiendo cartón.
Gracias al esfuerzo de los vecinos, algunos de los perros ya han sido esterilizados, y cinco han encontrado nuevos hogares. Sin embargo, aún quedan 18 perros que necesitan ser adoptados. La señora Noemí, una vecina de la zona, expresó su preocupación por la seguridad del señor Paucar y sus perros:
“Algunos vecinos nos han dicho que podrían envenenarlos”, afirmó.
El pedido de ayuda también ha sido respaldado por la señora Ana, otra vecina, quien destacó la necesidad de una intervención más estructurada: “Mi pedido es a la municipalidad, que apoye tanto al abuelito como a los perritos. Están muy abandonados”, expresó.
Gracias a la solidaridad de un vecino, varios de los perros han sido puestos a salvo, evitando el riesgo de ser atropellados o maltratados, y han sido reubicados en un terreno aledaño. La señora Noemí se encarga diariamente de llevarles alimento. No obstante, las vecinas han informado sobre quejas y amenazas de personas que no apoyan la presencia de tantos perros en la calle, lo que ha generado una presión adicional para encontrar soluciones.
El señor Paucar, quien sobrevive vendiendo cartones y recibiendo ayuda de los vecinos, ha enfrentado un invierno en la intemperie. Aunque algunos vecinos han improvisado un refugio con techos de calamina y cartones, las condiciones son insuficientes para garantizar su bienestar.
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