Cinthia Kuo CarreñoCinthia Kuo Carreño

Hoy tengo el gusto de que escriba en esta columna Cinthia. Ella es abogada y directora en KUO, una empresa consultora en Propiedad Intelectual para la I+D+i. Además, es consultora internacional en Comercialización de la PI para la OMPI. Ha recibido capacitación en Propiedad Intelectual y Transferencia Tecnológica en países como Estados Unidos, Francia, Corea del Sur y Brasil, entre otros. Cuenta con más de 15 años de experiencia asesorando a diferentes instituciones del ecosistema de innovación, como universidades, startups, entre otros. Puedes conocer más sobre sus servicios en www.kuoip.com.

Marcas y Patentes: ¿Por qué no es posible “patentar una marca”?
Por: Cinthia Kuo Carreño

En el ámbito empresarial, es común escuchar la frase «quiero patentar mi marca» para referirse al deseo de registrar la marca de un producto o servicio que se va a comercializar o ya está en el mercado. Sin embargo, aunque las marcas y las patentes forman parte de la Propiedad Intelectual, son derechos diferentes que protegen distintos tipos de creaciones intelectuales.

Las patentes protegen invenciones, es decir, soluciones técnicas a problemas técnicos. Estas invenciones pueden ser productos o procedimientos que sean nuevos, tengan nivel inventivo y sean susceptibles de aplicación industrial (patente de invención). Por ejemplo, la composición o fórmula de un biofertilizante.

También pueden protegerse productos u objetos que han sido modificados para otorgarles una ventaja técnica (patente de modelo de utilidad). Un ejemplo podría ser un dispositivo con un mecanismo ajustable para la distribución del biofertilizante. La patente otorga un derecho exclusivo para explotar una invención en un territorio y por un período determinado. Una vez vencido el plazo de protección, la invención pasa a ser de dominio público.

Por otro lado, las marcas son signos que identifican y distinguen productos o servicios. Una marca puede consistir en palabras (denominativa), imágenes (figurativa) o una combinación de ambas (mixta). Un ejemplo de marca sería «XYZ BioF4Grow”®. La función principal de la marca es evitar que terceros utilicen signos similares que puedan generar confusión entre los consumidores. A diferencia de las patentes, las marcas pueden renovarse indefinidamente.

Como se puede observar, las marcas se relacionan más estrechamente con el marketing, ya que son clave para diferenciar y posicionar un producto o servicio frente a la competencia. En cambio, las patentes están vinculadas a aspectos tecnológicos o técnicos.

En conclusión, debido a las diferencias en los ámbitos de protección de marcas y patentes, no es posible «patentar una marca». Las invenciones se patentan y las marcas se registran. Las marcas distinguen productos o servicios, mientras que las patentes protegen invenciones. En una empresa o emprendimiento se pueden generar tanto invenciones como signos distintivos, entre otros activos intangibles. Por lo tanto, es crucial comprender qué tipo de protección aplica a cada aspecto del negocio y decidir de manera estratégica la mejor forma de protección en cada caso para lograr una ventaja competitiva y diferenciación en el mercado.

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