Empleada del obispo de Juli, Ciro López, cuestiona su catadura moral y religiosa. Indica que tendría una vida terrenal y libidinosa al supuestamente poseer muchas mujeres para satisfacer bajos deseos y lujuria.
La mujer a la que llamaremos «Dina» para evitar represalias, laboró más de 5 años en la Prelatura de Juli, y cuenta que desde el 15 de diciembre de 2018, día en que asumió, le cocinó, hizo trabajos de jardinería, le lavó el carro y hasta limpió las habitaciones en la residencia religiosa, y algunas veces habría encontrado en su cama ‘santa’, ropa interior de mujeres Y hasta preservativos usados.
Ella pide al prelado que no vuelva a hacer ello, que se burle ni use a las mujeres y cumpla su labor sacerdotal.
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