Perú y Bolivia no solo comparten el Titicaca, el intercambio comercial está bastante marcado, además de sus fronteras.

Cojata es uno de los puntos de ingreso y salida, y por donde el pasado miércoles un grupo de peruanos ingresaron para colaborar en la búsqueda del volquete que fue robado tras el asesinato de Alex Mollinedo, hermano del alcalde de Sina (Putina).

35 peruanos y 5 policías fueron retenidos la tarde del 26 de junio en el local comunal de Taypi Cañuma, provincia de Bautista Saavedra, y recién fueron liberados la noche del 27 de junio, a ellos los sindicaron como delincuentes, les quitaron sus DNI y sus celulares. Los bolivianos no entendían razones.

Entre los retenidos estaban tres mujeres, dos niños de 1 y 10 años y 1 niña de dos años. Todos permanecieron encerrados sin comida, agua, ni abrigo, según relató el alcalde del centro poblado Río Suchis de Huancasaya, en Cojata (Huancané), Eudes Barreda.

Al percatarse que entre ellos estaban cinco policías, trasladaron a los efectivos a otro lugar y luego los llevaron a La Paz, pues su liberación conlleva otro procedimiento.

Barreda relató que para ser liberados, cada peruano tuvo que pagar entre 200 a 250 bolivianos, además de firmar un acta donde se comprometen a no tomar represalias contra los bolivianos.

Cuando regresaban a Perú retuvieron la camioneta del alcalde de Sina, quien tuvo que venir solo y regresar luego con 15 mil bolivianos para recuperar su vehículo. En soles todo hace una suma aproximada de 11 mil.

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