La región Puno enfrenta un desafío crucial en medio de un contexto nacional donde tres de cada diez peruanos viven en la pobreza. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la pobreza monetaria en Perú alcanzó el 29% de la población en 2023, destacando las dificultades económicas que atraviesan millones de ciudadanos. Los índices son más crueles para el altiplano.
En este panorama, Puno región, conocida por su riqueza cultural y su geografía, enfrenta tasas de pobreza que reflejan las disparidades económicas más amplias del país. A nivel nacional, el 73.1% de los pobres reside en áreas urbanas, mientras que el 26.9% se encuentra en zonas rurales. La sierra peruana, donde se ubica Puno, concentra el 34.9% de la población pobre del país.
PARADÓJICO
Sin embargo, la situación de Puno es particularmente crítica debido a su alta dependencia de la economía minera.
En el 2023, la región recibió un total de S/ 253 millones 834 mil 524.06 provenientes del canon y regalías mineras, ello representa una oportunidad significativa para impulsar el desarrollo y reducir la pobreza. Empero no ha sido así.
Oswaldo Molina, director de la Red de Estados para el Desarrollo (REDES), subraya que en la última década se recaudaron a nivel nacional más de S/ 127 mil 756 millones por conceptos de canon, sobrecanon, regalías y otros ingresos, de los cuales solo se ejecutó el 63.7%.
CORANI A LA CABEZA
Al ser consultado sobre las localidades más pobres de la región Puno, nos dijo que según la última información sobre pobreza, lo encabeza Corani (Carabaya) con 67.8%, distrito rico en uranio, plata, litio y otros minerales. Le sigue Coasa (Carabaya), con 65.6%; Huayrapata (Moho) con 64.3%; Coata (Puno) con 61.2%; Potoni (Azángaro) con 60.3%; Amantaní (Puno) con 59.4%; Paucarcolla (Puno) con 59.3%; Zepita (Chucuito) con 58%; Vilque (Puno) con 57.5%; y Anapia (Yunguyo) con 57%.
En Puno, la gestión de estos recursos es crucial. Los fondos deben ser manejados con transparencia y rendición de cuentas, asegurando que se inviertan eficientemente en mejorar la infraestructura pública y los servicios esenciales, como educación, salud y transporte. «Para abordar la pobreza en Puno, es indispensable implementar estrategias que aprovechen la bonanza minera de manera sostenible y equitativa», sostiene.
Molina añade que la inversión en proyectos de desarrollo comunitario y la mejora de la infraestructura pueden crear empleos y mejorar la calidad de vida de los puneños. Sin embargo, esto requiere una administración pública eficiente y libre de corrupción. «La lucha contra la pobreza en Puno, al igual que en todo el Perú es un objetivo complejo pero alcanzable. La bonanza minera actual ofrece una oportunidad única. El éxito dependerá de la capacidad de las autoridades para actuar con responsabilidad y visión de futuro, asegurando que los beneficios de la minería se distribuyan de manera justa y sostenible», precisó.
Finalmente, el funcionario de REDES, señaló que los gobernantes deben aprovechar la bonanza de la minería porque los precios globales del cobre, oro y zinc están en niveles récord, presentando una ventana de oportunidad para las autoridades locales y nacionales.
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