En el último año, la producción del tubérculo –vulnerable a fenómenos climáticos y la presencia de plagas– cayó en casi 10% en contraste con los resultados del 2022.
En el Día Internacional de la Papa, fecha adoptada oficialmente por las Naciones Unidas con el fin de destacar su valor nutricional y económico. Actualmente, nuestro país es líder en producción de papa en América Latina, contamos con más de 3 mil variedades y se ha observado un aumento en la producción año tras año (ver gráfico).
No obstante, la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) resaltó que la producción de este tubérculo es vulnerable a factores climáticos y la presencia de plagas como la ‘papakuro’ (gusano de la papa), tal como lo ha demostrado la caída de casi el 10% registrada durante el 2023.
¿Qué sucede?
En el Perú, el 64% de las cosechas de papa se realizan en condiciones de secano; es decir, son regadas enteramente con lluvias naturales y no con sistemas de riego tecnificado. Por ello, estos cultivos son severamente afectados cuando se registran periodos prolongados de escasez de lluvias (sequías).
“En un contexto afectado por el Fenómeno El Niño Costero y sequías durante el 2023, la producción de papa cayó casi 10% tras buenos resultados en años previos. Este tubérculo tiene gran una gran relevancia en nuestra industria alimentaria y también en la economía, al generar miles de puestos de trabajo. Sin embargo, para asegurar buenos resultados, se requiere atender las problemáticas que impactan directamente a las familias productoras y en sus ingresos”, indicó César García, economista de REDES.
Precisamente, en la campaña de 2022-2023, donde se registró este descenso considerable en el volumen de producción a nivel nacional, el departamento que sufrió la mayor afectación de las sequías prolongadas fue Puno. La producción pasó de 998 mil toneladas en 2022 a 596 mil en 2023, una cifra comparable con la producción del 2011.
Así como la producción de este tubérculo es vulnerable al factor climático, otro aspecto que se requiere atender es su nivel de productividad.
García recordó que, durante la campaña agrícola del 2023, se cultivaron más de 320 mil hectáreas de tierra, alcanzando una productividad promedio de 16.9 toneladas por hectárea. Este rendimiento colocó a Perú como uno de los países menos productivos por hectárea cultivada, ocupando el puesto 87 a nivel mundial, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En contraste, países como Argentina, Brasil o México cuentan con una productividad por encima de las 30 toneladas por hectárea.
“En vista de la afectación producida por estos fenómenos, y considerando la baja productividad que tenemos frente a otros países, es necesario apostar por la utilización de tecnología adecuada, que incluye el uso de fertilizantes y semillas mejoradas de buena calidad genética, resistentes a plagas y enfermedades”, apuntó.
Tan importante como trabajar en iniciativas para atender estas problemáticas, García resaltó que es necesario brindar capacitaciones a los agricultores en cuanto a prevención y control de plagas que afectan al tubérculo. Además, para que a través de estos programas puedan estar mejor capacitados en cuanto a la producción de la papa en función a la zona geográfica donde realicen sus actividades.
Comentarios de Facebook